Esta misión tiene por fin avalar de manera científica la tesis de Moscú de ejercer soberanía sobre una zona de 1,2 millones de kilómetros cuadrados rica en petróleo, gas y minerales.
La expedición científica rusa Artico-2007 llegó al Polo Norte a bordo del buque laboratorio Académico Fiódorov y el rompehielos nuclear Rossía para realizar por primera vez investigaciones submarinas en esa zona del planeta.
La expedición, que se encuentra en el punto de latitud 90 grados (Polo Norte), comenzó los preparativos para las primeras inmersiones de los batiscafos Mir-1 y Mir-2 al fondo del océano glaciar Artico, previstas para esta noche o la mañana del jueves, según la agencia Itar-Tass.
Durante estas inmersiones, los batiscafos (pequeños submarinos) descenderán a profundidades de más de 4.000 metros, donde tomarán pruebas del lecho y del agua y depositarán en el fondo marino una cápsula de titanio con la bandera rusa y un mensaje conmemorativo de la expedición.
Los organizadores anunciaron su intención de realizar una conferencia telefónica entre los tripulantes de uno de los batiscafos con los cosmonautas que habitan en la Estación Espacial Internacional.
Será la primera comunicación en tiempo real entre tripulaciones de expedicionarios a 4.000 metros en el lecho marino y cosmonautas en el espacio a 350 kilómetros de altura.
Además de las investigaciones científicas, la Ártico-2007 buscará pruebas geológicas para demostrar que la zona del Polo Norte pertenece a Rusia.
El objetivo es comprobar que la llamada cordillera submarina Lomonósov, una cadena de montañas que se eleva 3.700 metros sobre el fondo oceánico y llega más allá del Polo Norte, es continuación de la plataforma continental de Siberia y del continente euro-asiático.
Con ese argumento, Rusia reivindica desde 2001 los derechos a un área submarina de 1,2 millones de kilómetros cuadrados rica en petróleo, gas y minerales, incluidos diamantes. (EFE)
