Directora de la ONG Activa y una siquiatra se refirieron a las polémicas imágenes de la bailarina.
Reflexionaron en torno a la calidad de personaje público y el poco resguardo de su intimidad.
La directora de la ONG Activa, Gloria Requena, en conversación con Cooperativa reflexionó en torno a la calidad de personaje público de Valentina Roth y al poco resguardo de su intimidad, tras las numerosas filtraciones de imágenes íntimas de la bailarina en las redes sociales.
Requena resaltó que "hay dos temas que a una la preocupan en esto. Primero, el nivel de virulencia hacia ella, en lo cual hay una doble moral acá, porque en vez de condenar a quien hace públicas estas imágenes condenamos a quien es objeto de ellas. Eso evidentemente muestra grandes signos de machismo y que nos cuesta entender qué está bien y qué está mal".
"Y el segundo efecto que preocupa es que muchas veces estas cosas quedan sin sanción, porque la regulación es mala, porque es lenta y ahí entonces ¿quién repara el daño que se ha hecho? Uno puede exigir una reparación, lograr identificar al agresor, pero evidentemente cualquier reparación que me asignen no va ser suficiente para reparar el daño de que todo el mundo vea mis imágenes, ni de todas las opiniones y calificativos que se hicieron. Entonces, ahí hay una falta de regulación en términos de proteger adecuadamente la vida privada, pese a que es una garantía constitucional", sostuvo.
Por otro lado, Requena agregó que lo que sucede actualmente con Vale Roth "es como el tema del topless de los príncipes o los reyes. Si tú sabes que eres una persona que permanentemente eres paparazzeada, cómo permites que otro te tome imágenes y te pones en una situación de vulnerabilidad. Si sabes que se puede filtrar. Entonces ahí también hay un poco de culpa en el tema, aunque la responsabilidad principal siempre es del que agrede".
El anónimo y su "minuto de fama"
Por su parte, la siquiatra infantojuvenil Amanda Céspedes alertó que "las redes sociales son maravillosas, pero al mismo tiempo son un escudo, una cortina, que de alguna manera permite que la gente muchas veces quede impune precisamente por el anonimato".
Así, "quien sube un video de este tipo lo que quiere es el disfrute del escándalo y, por supuesto, tangencialmente perjudicar a la otra persona. Hay un deseo de escandalizar que es muy fuerte, muy potente. Muy gratuito también. Se deslizan cosas, se dicen cosas, se muestran cosas, de una manera tan liviana. Y creo que las pantallas en eso tienen una gran responsabilidad".
De acuerdo con Céspedes, la situación de las filtraciones "sin duda alguna está en centrar la atención en el otro, pero también indirectamente en uno. Es como el minuto de la fama, aunque sea anónimo. Es raro".
