Probamos el nuevo wearable de Samsung, que apuesta por la autonomía.
Su diseño sofisticado y moderno compensa el tamaño, que es quizás excesivamente grande.
Aún es necesario un smartphone de Samsung para hacer funcionar el Gear S.
Aunque el consumidor promedio en el mundo (y en Chile mucho menos) aún no incorpora al cien por ciento la necesidad de los wearables o dispositivos usables, las principales compañías están en una competencia encarnizada por generar los inventos más atractivos o, quizás en un nivel más básico, convencer de su utilidad a los consumidores menos "geek" que todavía miran con distancia y recelo este tipo de tecnología.
Pero pese a la fascinación de los expertos y críticos tecnológicos por los dispositivos novedosos y los juguetes sci-fi, aún quedan muchas interrogantes. ¿Cuál es la verdadera utilidad de un reloj inteligente en nuestras vidas? ¿Llegarán los smartwatches a posicionarse como un producto de primera necesidad para el cliente promedio? ¿Qué quiere o querrá un usuario de un reloj inteligente? Son preguntas que aún deben ser respondidas.
La revista Time eligió al Apple Watch como el dispositivo del año 2014, pese a que ni siquiera había salido a la venta al momento de la realización del ranking. Ese reloj inteligente no es autónomo y está diseñado para ser usado en conjunto con el iPhone. En ese sentido, el Samsung Gear S lo supera en efectividad.
El nuevo dispositivo es la apuesta de la surcoreana por la autonomía en la gama de los relojes inteligentes, luego de numerosos lanzamientos de las principales marcas que fallaron en lo más simple: proveer una utilidad verdadera a este tipo de aparato y salvarlos de ser sólo una extensión o complemento del teléfono en nuestro bolsillo.
Esta vez la compañía se ha acercado enormemente a dicho objetivo, aunque no sin falencias. El Gear S puede ser utilizado sin conexión con el smartphone, aunque funciona mucho mejor cuando si está conectado. Aún así, su "autonomía parcial" representa una ventaja por sobre la mayoría de los wearables del mercado.
Diseño y pantalla
Entre los atractivos del Gear S está su elegante y llamativo diseño, que para algunos fanáticos de las películas de ciencia ficción incluso remitirá a una fantasía futurista. Con una correa de goma y metal, el dispositivo puede ser demasiado grande para algunas muñecas (las femeninas y delgadas particularmente), pero es claro que no dejará de llamar la atención con su poderosa pantalla (que se va a negro total cuando no está activo, igual que los teléfonos).
Con dos pulgadas de largo, la pantalla AMOLED es curva para acomodarse mejor a la muñeca y tiene una resolución de 360 x 480, una concentración de pixeles mucho mayor que los anteriores relojes inteligentes de Samsung.
La pantalla tiene un botón principal o "home" que lleva al menú principal. En el costado izquierdo del reloj se encuentra el micrófono que permite hacer llamados. En el reverso, el dispositivo posee un monitor para el pulso cardiaco.
Es resistente al agua, pero no se puede sumergir. Su resistencia alcanza para lavarse las manos con confianza, aguantar alta humedad ambiental o dejarse mojar un poco por la lluvia sin temer por salpicar su pantalla. También es resistente al polvo.
Hardware
El Gear S tiene una memoria RAM de 512MB y una capacidad de almacenamiento de 4GB. Cuenta, además, con GPS.
En materia de conectividad, cuenta con Bluetooth 4.1 para enlazar con los teléfonos Samsung. También permite conexión Wi-Fi y el uso de una micro tarjeta SIM para usar con redes 2G o 3G, cuando se está fuera del rango de Bluetooth. Se trata, de hecho, del primer reloj con conectividad 3G del mercado.
Posee sistema operativo Tizen, procesador Dual core 1.0 GHz y es compatible con los dispositivos móviles de Samsung con más de 1,5 gigabytes de RAM.
La batería 300mAh no es un prodigio, pero el reloj puede ser usado en todas sus funcionalidades con un ritmo activo hasta por dos días sin necesidad de recargarla.
La recarga completa del dispositivo puede tomar hasta dos horas.
Reloj teléfono
El Gear S es el primer reloj inteligente que sirve para hacer llamadas, aunque no funciona igual de fluidamente, claro, que un teléfono.
La independencia del teléfono o el intento por ella se agradece, aunque aún es necesario un smartphone de Samsung para hacerlo funcionar. Esta prueba fue realizada combinando el Gear S con un Galaxy Alpha.
El reloj, además, no funciona sin un Samsung Galaxy con sistema operativo Android 4.3 o más avanzado. Esto puede representar un problema si el deseo de tener el Gear S implica, además, el costo de comprar un teléfono más moderno que el actual que posee el usuario.
Las llamadas, notificaciones y alertas se redireccionan automáticamente desde el teléfono celular al Gear S.
Al hacer llamas a través del reloj, éste funciona como un altoparlante. Su micrófono tiene buen alcance, por lo que se pueden realizar otras funciones mientras se habla, sin necesidad de tener la muñeca cerca de la boca todo el tiempo. No sirve demasiado, eso si, para sostener conversaciones privadas.
Se puede usar la voz también para dictar mensajes con efectividad.
Entre las aplicaciones relacionadas con el estado físico que se pueden utilizar con el Gear S están Nike+ Running y S Health que también se puede encontrar en otros relojes y smartphones de Samsung. Además, se puede bajar de la tienda MapMyRun.
Para aquellos usuarios que están constantemente en movimiento, cuenta con la aplicación Travel Translator. Basta con hablar directamente al reloj, para que éste automáticamente traduzca la frase en el idioma seleccionado de entre los 40 que integra.
Disponibilidad en Chile
El Samsung Gear S ya se encuentra disponible en las tiendas Samsung Experience Store y principales tiendas de retail, a un valor referencial de $279.990 y se lo puede adquirir en colores blanco y azul oscuro.
