Casa de infancia de Juan Pablo II se convertirá en un museo

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Autor: Cooperativa.cl

La vivienda que Karol Wojtyla ocupó durante su niñez en la ciudad polaca de Wadowice fue donada a la iglesia Católica por el acaudalado empresario que la había adquirido.

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Uno de los más acaudalados empresarios de Europa central donó la casa de la infancia del difunto Papa Juan Pablo II a la iglesia Católica Romana de Polonia para que sea usada como museo, dijo un portavoz de la Arquidiócesis de Cracovia.

 

Ryszard Krauze, el fundador de la principal firma de software de Polonia Prokom, traspasó el pasado viernes oficialmente el título del edificio al arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, ayudante de Karol Wojtyla durante cuatro décadas, dijo el padre Robert Necek.

 

La decisión fue bien recibida en Wadowice, ciudad del sur a los pies de la montaña Tatra, cuyos ciudadanos conmemoran el primer aniversario de la muerte de su conciudadano.

 

"El hogar de Juan Pablo II ha sido puesto en las mejores manos posibles", dijo Stanislaw Kotarba, un responsable municipal de Wadowice.

 

Durante una reunión de 1999 con miles de creyentes en la plaza de Wadowice, Juan Pablo II se puso nostálgico cuando recordó sus aventuras de joven y la antigua casa de su familia.

 

"Vivíamos en un piso en ese edificio que había pertenecido al señor Balamuth. Me pregunto qué fue de él. Probablemente esté muerto", dijo Juan Pablo II, refiriéndose a su antiguo casero.

 

El año pasado, Ron Balamuth, un judío americano que heredó el edificio, anunció que planeaba venderlo pero que los detalles del traspaso se habían mantenido en secreto.

 

"De acuerdo con los deseos de la familia Balamuth, una de las habitaciones del edificio se convertirá en un Memorial Papal del Holocausto", dijo Jacek Michalski de la firma Ballantine Law, representante de los Balamuth.

 

Balamuth, cuyo padre fue el único miembro de la familia que sobrevivió al Holocausto, quiso rendir homenaje de esta forma al primer Papa que rezó en una sinagoga y en el Muro de los Lamentos de Jerusalén.

 

Krauze, de 50 años, posee una fortuna valorada en casi 1.000 millones de dólares, comenzó en el negocio del software a finales de los 80 y en una década su compañía se convirtió en una de las fuertes de la bolsa de Varsovia, en gran medida gracias a los lucrativos contratos gubernamentales. (Agencias)

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