Doce estudiosos de la fe enumeraron en un documento siete puntos que a su juicio- merecen ser considerados para evitar que el fallecido Papa sea considerado un beato por la Iglesia.
Un grupo de teólogos y docentes mostró su desacuerdo con la beatificación de Juan Pablo II, a quien han criticado varias actuaciones de su pontificado, entre ellas, su condena de la teología de la liberación y sus posiciones conservadoras en materia sexual.
El "Llamamiento a la claridad", presentado este lunes en rueda de prensa, fue firmado por doce personas, entre ellas los teólogos Giovanni Franzoni, ex abad de San Pablo, y Giulio Girardi.
El escrito expone siete puntos del pontificado de Juan Pablo II, cuyo proceso de beatificación fue abierto el 28 de junio, que para los firmantes deberían ser examinados, "críticamente valorados", y que hablan contra la beatificación.
Entre esos puntos están "la represión y marginación ejercida sobre teólogos, teólogas, religiosas y religiosos, mediante la intervención de la Congregación para la Doctrina de la Fe", de la que el actual papa, Joseph Ratzinger, fue nombrado su prefecto por Juan Pablo II.
Otra de las críticas vertidas es la "tenaz oposición a reconsiderar, a la luz del Evangelio, de la ciencia y la historia, alguna normativa de ética sexual que, durante un pontificado de 26 años, han mostrado todas sus contradicciones, límites e insostenibilidad".
El documento también hace referencia a la "dura reafirmación de la disciplina del celibato eclesiástico obligatorio en la Iglesia latina", mientras se ignoraba y "escondía la propagación del concubinato entre el clero de muchas regiones, hasta que explotó públicamente la devastadora plaga del abuso de menores por eclesiásticos".
A esas críticas se unen "la falta de control sobre turbias maniobras cumplidas en el campo financiero por las instituciones de la Santa Sede y el impedimento a que las autoridades italianas pudieran hacer plena luz sobre las oscuras implicaciones del Instituto para las Obras de Religión (Ior, la banca vaticana) con el hundimiento del Banco Ambrosiano".
Los firmantes denuncian también la "reafirmada indisposición" de Juan Pablo II, y de la Curia a él ligada, para abrir un debate serio y real sobre las condiciones de la mujer en la Iglesia Católica Romana".
Finalmente, dan cuenta del "aislamiento eclesiástico y fáctico en el que la diplomacia vaticana y la Santa Sede han mantenido a monseñor Oscar Arnulfo Romero, arzobispo de San Salvador".
Además, señalan "la imprevista política de debilidad hacia (antiguos) gobiernos -como los del Salvador, Argentina, Guatemala y Chile- que en América Latina han perseguido, marginado y dado muerte a laicos, hombres y mujeres, religiosos y religiosas sacerdotes y obispos, que valientemente denunciaron la estructura de pecado de los regímenes políticos dominantes y del poder económico a ellos ligados".
El escrito también lleva la firma de los estudiosos y docentes Jaume Botey, Casimir Martí, Ramón María Nogues (los tres de Barcelona); Rosa Cursach (de Palma de Mallorca); Casiano Floristán (de Salamanca); Juan José Tamayo (de Madrid); José María Castillo (El Salvador); Filippo Gentiloni; José Ramos Regidor (ambos de Roma); y Martha Heizer (de Innsbruck). (EFE)
