De arresto domiciliario, el funcionario policial pasó a firma quincenal y arraigo nacional.
La Corte de Apelaciones de Valdivia decidió rebajar el arresto domiciliario en contra del carabinero acusado del homicidio del joven malabarista Francisco Martínez, quien murió baleado en Panguipulli.
El tribunal, por dos votos contra uno, dejó sólo con firma quincenal y prohibición de salir del país al considerar que hubo "legítima defensa". Las cautelares regirán durante los cuatro meses que durará la investigación.
De esta manera, la corte acogió la solicitud de la defensa, desestimando la petición de las partes querellantes que solicitaba prisión preventiva para el funcionario policial.
Pablo Ardouin, defensor público del carabinero imputado, planteó que se "estimó que se encontraba plenamente acreditada la legítima defensa en esta etapa procesal, concordó con la tesis sostenida por la defensa desde el inicio del control de investigación y que terminarcon con el lamentable deceso de don Francisco. Nosotros esperamos que en el futuro y en el curso de la investigación acreditar todas estas aseveraciones y estas resoluciones del ilustrísimo tribunal y terminar esta causa con la absolución total respecto de don Juan".
El pasado lunes, el Juzgado de Garantía de Panguipulli había decretado la medida cautelar de arresto domiciliario total para el uniformado, investigado en calidad de autor del delito consumado de homicidio simple.
"La libertad del imputado constituye un peligro para la seguridad de la sociedad", indicaba en esa jornada el juez de garantias Felipe Muñoz.
También argumentó que el último disparo que finalmente mató al malabarista se produjo cuando éste ya iba cayendo, por lo que el carabinero "pudo atenerse a la norma sólo con evitar el último disparo". Su actuar, debido a esto, fue catalogado como "un exceso policial y una conducta antijurídica".
El imputado se había mantenido detenido en un cuartel policial.
