La Noche probó su valía en el escenario de la Quinta

Las combinaciones literarias que permite el nombre La Noche son demasiadas, podríamos jugar y tener decenas de títulos, pero tras una década de carrera y una masiva y convencida fanaticada, lo mejor que se puede decir del octeto de Catemu es que ya es parte de la "liga mayor" de la música nacional, gracias la exposición que da la televisión.

Leo Rey, genio y figura de la banda, entró con aplomo al escenario y dio curso a su rol de sex symbol de la cumbia local y le llevó a todo Chile el sonido que ha conquistado las fiestas caseras y discotecas de regiones.

Sin duda fue la noche de los tropicales, que son tan pop como Camila, el trío mexicano que, además de miles de gritos femeninos, se llevó las antorchas de oro y plata y una Gaviota, misma tríada que consiguió La Noche. Los dos grandes ganadores.

Dos se llevaron una Antorcha de Plata, Antonio Vodanovic y Joan Manuel Serrat, los "más viejos" y que vivieron su reencuentro con el Festival.

El primero confirmó pocas horas antes que sería parte de la obertura, su "despedida final" de la Quinta en que animó tantos años y de la que salió, como reconoció, como "dejando una puerta abierta", la que ahora definitivamente cerró.

Aplaudido a rabiar, "Anthony" le encargó al "monstruo" a Soledad Onetto y Felipe Camiroaga, la pareja de animadores que debutó correcta mas no por eso menos nerviosamente.

El caso de Serrat fue distinto, porque brilló, pero en su estilo, sin efervescencia, pero logrando ese gozo personal en la audiencia, en la que también hubo algunos nerviosos por La Noche, que soltaron algunas pifias cuando el catalán extendía sus palabras entre tema y tema.

La primera jornada de Viña 2009, la edición 50 del Festival, cumplió expectativas, tuvo números de calidad, un par marcado por una popularidad extrema y una real despedida.

Leo Rey, monarca de la noche y de La Noche. (Foto: UPI)