Condiciones metereológicas ponen en riesgo derribo de satélite L-21

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Autor: Cooperativa.cl

La destrucción de la nave espacial, que debía llevarse a cabo tras el aterrizaje del trasbordador Atlantis, se ha visto trabada debido al fuerte oleaje en el Pacífico Norte.

Llévatelo:

Malas condiciones metereológicas en el Pacífico Norte hacen tambalear la posibilidad de que el satélite espía L-21 sea destruido este miércoles por la Marina de EE.UU, como estaba previsto.

 

"El mal tiempo reinante en el Pacífico Norte puede obligar a retrasar una operación para derribar un satélite espía defectuoso que desde hace varias semanas se precipita hacia la Tierra", informó el Pentágono.

 

Según el Departamento de Defensa, otra de las causas que impide la aniquilación de la nave es el fuerte oleaje al oeste de la isla de Hawai, donde se encuentra la embarcación, lo que genera un obstáculo para llevar a cabo la operación.

 

"No creemos que el tiempo vaya a ser lo suficientemente bueno", dijeron desde el Pentágono.

 

El Departamento de Defensa aseguró que la decisión final será adoptada por el secretario Robert Gates, e informó además que, si el tiempo mejora a lo largo de la jornada, se seguirá adelante con la misión.

 

Según el plan inicial, la oportunidad para derribar el satélite espía debía comenzar una vez que la nave espacial Atlantis estuviera de regreso en la tierra sana y salva.

 

El L-21 deberá ser derribado por desde un barco de la Marina con un misil táctico, poco antes de que este ingrese en la atmósfera a unos 240 kilómetros sobre la superficie terrestre. Sus restos serán desviados sobre aguas internacionales.

 

Paralelamente a la destrucción de la nave, la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial emitió un alerta para una zona al oeste de Hawai, en el océano Pacífico, en la que advirtió de "operaciones peligrosas" entre las 02:30 y 05:00 GMT de este jueves, la que se mantendrá hasta el lunes, dentro de las mismas horas.

 

Asimismo, la Administración Federal de Aviación emitió una alerta similar a todos los pilotos de aviación que operen en la región.

 

La semana pasada el presidente George W. Bush ordenó el derribo del satélite espía porque existe el peligro de que en el choque con la atmósfera pudiera diseminar los gases tóxicos (hidracina) contenidos en su tanque de combustible.

 

Las autoridades aseguraron que existen pocas posibilidades de que los restos del satélite caigan en zonas pobladas del Cono Sur. (EFE)

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