El obispo Fernando Ramos, administrador apostólico de la diócesis de Rancagua, celebró el epílogo del denominado caso "La Cofradía" -causa que se dio a conocer en mayo de 2018 e involucró en presuntos delitos sexuales a 14 sacerdotes de las distintas comunas de la zona-, que culminó sin personas formalizadas ni condenadas por ningún delito del código penal.
En casi un año y medio de investigación, el Ministerio Público no logró acreditar afectados ni delitos.
Esto luego que, el fiscal regional de la Fiscalía Metropolitana Norte, Xavier Armendáriz, ingresara un escrito al Juzgado de Letras y Garantía de Pichilemu, respecto a la decisión de no perseverar en contra de Luis Rubio y Cristián Catalán. Ambos imputados eran los únicos que quedaban en la causa, luego que en junio pasado, el ente persecutor comunicará la misma decisión sobre otros dos párrocos y el sobreseimiento de otro par.
El escándalo que partió como uno de los más graves en la Iglesia Católica y que incluso tuvo como efecto la salida del entonces obispo Alejandro Goic, se acabará la próxima semana con la salida de los mencionados dos párrocos que quedaban en la indagatoria.
"Esto es muy importante, porque una acusación tan genérica y tan grave ha causado un daño enorme a personas, a comunidades y a toda la Diócesis de Rancagua. Se ha denostado lo que es la acción pastoral de muchos sacerdotes, así como también la vida comunitaria de esta diócesis", manifestó Ramos, sucesor de Goic, una vez conocida la decisión del Ministerio Público.
"Con esto se cierra este capítulo tan triste y tan amargo y nos da mucha alegría que la verdad reluzca", aseguró el administrador apostólico de la diócesis de Rancagua.
La audiencia donde se comunicará formalmente la decisión de no perseverar por parte del Ministerio Público en contra de Rubio y Catalán, quedó fijada para el próximo 12 de diciembre a las 09:30 horas en el Juzgado de Letras y Garantía de Pichilemu.
