Los peritos concluyeron que el adolescente "no puede descansar" y sus síntomas podrían evolucionar "hacia un cuadro que implique secuelas irreversibles".
El adolescente de 15 años que acompañaba a Camilo Catrillanca en el tractor al momento de ser asesinado sufrió un "quiebre vital", según reveló el informe elaborado por peritos del Servicio Médico Legal en abril pasado.
Los hechos ocurrieron en octubre de 2018 en la localidad de Ercilla, cuando Catrillanca y el joven fueron atacados por carabineros de Fuerzas Especiales, quienes dispararon hacia el tractor en el que se trasladaban por un sector rural.
Producto de los disparos, Camilo Catrillanca falleció en el lugar, mientras que el menor fue detenido, torturado y procesado por el delito de receptación de especies, en alusión al robo de un vehículo en el que -como acreditó la justicia- no tuvieron participación alguna Catrillanca ni el adolescente.
La Tercera reveló este miércoles el informe que elaboraron peritos del Servicio Médico Legal que buscaba conocer la situación emocional del menor -identificado con las iniciales M.P.- luego de presenciar la muerte de su amigo.
"No espero nada. O sea, que se haga justicia si es que se puede, porque la vida al peñi Camilo ya no hay cómo devolvérsela", comentó el adolescente en el peritaje que se basó en dos entrevistas, una realizada el 22 de noviembre y la última el pasado 19 de marzo.
M.P., tras la muerte de Catrillanca, está "más callado. De repente le dan como ataques de rabia y grita, también tiene pesadillas", según el relato de su padre, quien destaca que su hijo es "un verdadero sobreviviente. Él también podría haber corrido la suerte del peñi Catrillanca".
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— Cooperativa (@Cooperativa) 16 de noviembre de 2018
El informe releva que el joven de 15 años enfrenta una "desconexión emocional o aplanamiento afectivo que se evidencia durante el relato de los hechos, lo que puede entenderse como una 'disociación funcional' y por ende como parte de sus estrategias de afrontamiento de las situaciones de estrés, en la etapa de reacciones de estrés agudo, debido a que habían pasado menos de diez días desde habían ocurrido los hechos que se investigan".
Cuando recuerda a Camilo Catrillanca muestra -agrega el peritaje- "evidente afectación emocional, angustia y síntomas de re-experimentación de la experiencia traumática vivida".
El adolescente sufrió un "quiebre vital", "no puede descansar" y sus síntomas podrían evolucionar "hacia un cuadro que implique secuelas irreversibles y que podrían involucrar un impacto en la personalidad de M, la que se encuentra en desarrollo".
Asimismo, enfatiza que su cuadro es producto de "haber sentido que su vida estuvo en peligro y de ser testigo presencial de la muerte violenta de su amigo, debido a una serie de disparos efectuados por carabineros, seguido de una serie de malos tratos físicos, verbales y psicológicos que le hicieron temer por su vida durante el traslado a la Comisaria de Ercilla y Collipulli en un vehículo policial; y la posterior detención en la Comisaria de Collipulli donde permaneció hasta la madrugada (privado de comida y agua)".
