Empresario inició su mandato a pocos días de ocurrido el terremoto.
Conflictos de intereses y despidos han marcado su gestión.
El 11 de marzo del año 2010, el empresario y ex militante de RN Sebastián Piñera asumió como Presidente de la República tras 20 años de gobierno de la Concertación, tomando el mando de un país severamente dañado tras el terremoto del 27 de febrero, que destruyó vastas zonas del centro sur del país.
De hecho, la naturaleza se dejó sentir con fuerza el mismo día del cambio de mando con varias réplicas, asustando a los asistentes a la ceremonia, entre ellos varios mandatarios de Latinoamérica.
Tras el nombramiento de sus ministros, comenzaron a sucederse varias denuncias de conflictos de intereses por la participación de algunos de ellos en empresas, entre ellos el caso del ex presidente de Colo Colo, Gabriel Ruiz-Tagle, que asumió como subsecretario de Deportes.
Un episodio aparte es el caso del mismo Presidente: la venta de su participación en LAN fue duramente cuestionada por el ahorro de impuestos que con el método de venta lograba, así como que todavía el canal Chilevisión siga en sus manos tras el fracaso de la negociación de venta, lo que ha congelado nombramientos en TVN y el CNTV.
Desvinculaciones
Pero los problemas no solamente fueron de índole económico, ya que en los nombramientos de gobernadores e intendentes, algunos con bastante retraso, también se registraron problemas que llevaron a tempranas desvinculaciones.
Tristemente célebre fue el caso del nombrado intendente del Biobío, José Miguel Stiegmeier, cuyo pasado vinculado a Colonia Dignidad le costó el puesto; la destitución del gobernador de Los Andes Angelo Barbieri, que tenía antecedentes en Dicom, así como la renuncia a su cargo del director de Gendarmería, Iván Andrusco, vinculado al caso "degollados".
En esta área, ya existe incluso una acusación constitucional contra la intendenta de Atacama Ximena Matas, acusada de pedir militancias políticas a los funcionarios de su repartición.
Promesas de mayo
A sólo dos meses de asumir el cargo, Piñera debió enfrentar al Congreso y el país para dar su primera cuenta pública, la cual se concentró en los siete ejes de su plan de Gobierno, enfatizando en temas como impulsar el crecimiento y crear un millón de nuevos empleos.
Además, prometió una profunda revolución en la educación, derrotar la pobreza extrema y eliminar o reducir el siete por ciento de cotización de salud de los jubilados.
Despidos y polémicas
Tras el cambio de Gobierno y las modificaciones en las distintas reparticiones, pronto se alzaron las voces que denunciaban la alta cantidad de despidos en los diversos ministerios, cuyos episodios más visibles se concentraron en dos áreas.
La primera, en el ministerio de Cultura, donde sus funcionarios incluso llegaron a demandar al ministro Luciano Cruz Coke y en el Ministerio de Educación, desvinculaciones que el propio Piñera respaldó, y que tienen en alerta tanto a la ANEF como la CUT.
Terceros que complican a Piñera
El Mandatario también ha debido enfrentar polémicas desde su propia familia: la primera, cuando su ministro de Salud, Jaime Mañalich, debió declarar en la investigación por el accidente sufrido por su hermano Miguel, y las disputas cruzadas entre su hermano José y el ministro del Interior Rodrigo Hinzpeter.
Episodio aparte es la renuncia a su cargo del embajador en Argentina Miguel Otero luego de que éste declarara a un medio argentino que la mayoría de la gente en Chile "no sintió la dictadura".
