Juan Cristóbal Romero: La pobreza severa existe, ahora el Estado tendrá que verla

Publicado:
| Periodista Digital: Ximena Torres Cautivo

Con la nueva metodología Casen, uno de cada cinco habitantes es pobre por ingresos y cerca de dos millones viven en condiciones de pobreza severa.

Juan Cristóbal Romero: La pobreza severa existe, ahora el Estado tendrá que verla
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Aunque la encuesta Casen 2024 hace rato que fue realizada, seguimos discutiendo la pobreza con datos de 2022. El Ministerio de Desarrollo Social y Familia anunció que los resultados se conocerán el 3 de enero de 2026, algo que se prestó a la especulación. ¿Por qué la tardanza? ¿Electoral? ¿Técnica? ¿Metodológica?

Lo cierto es que las conclusiones de la comisión presidencial convocada en 2023 para revisar y actualizar la Casen resultaron desalentadoras: la pobreza en Chile, que se estimaba en 6,7%, llega a 20,3% con la metodología corregida. Esto significa que uno de cada cinco chilenos es pobre.

Juan Cristóbal Romero, director ejecutivo del Hogar de Cristo y uno de los integrantes de la comisión presidencial, conversó con el programa Ojos que Sí Ven de Cooperativa, donde ahondó sobre esta encuesta más exigente, y explicó otra novedad que considera la encuesta mejorada: el concepto de "pobreza severa". Es decir, esas personas a las que el padre Hurtado llamaba "los pobres entre los pobres".

Al pensar en esta nueva categoría recuerdo a una familia que conocí en Coquimbo. Una madre y dos hijas con discapacidad intelectual, 12 perros, 16 gatos, una vivienda que solo puede llamarse así por cortesía. Una vida sostenida únicamente por redes comunitarias. Si hay una imagen para explicar pobreza severa, es esa.

El ingeniero que lidera la causa fundada hace 81 años, responde con claridad sobre para qué sirve una medición más estricta de la pobreza: "La Casen define cómo se distribuyen los recursos del Estado: dónde se invierte, con qué énfasis y en qué territorios. Por eso es fundamental tener un instrumento actualizado y realista. No es un ejercicio académico; es la base sobre la cual se construyen políticas públicas que deberían disminuir la pobreza. Hablar de cifras de pobreza no es una bofetada: es una brújula para hacer política pública"

- Pero pasar de 6,7% a más de 20% impacta incluso emocionalmente. ¿Qué pasó?

- Hay que ser justo. El instrumento tenía una vida útil de 10 años y ya estaba agotado. La calibración que hicimos lo volvió más exigente y, por ende, más real. Los datos preliminares aprobados por el gobierno muestran que la pobreza por ingresos es muy superior a la que estábamos reportando. Y esto, más que alarmar, debería permitir actuar mejor.

Nace un nuevo concepto

La comisión no solo actualizó parámetros: introdujo una categoría que cambiará la conversación social. La llamaron "pobreza severa" y se trata de un subconjunto de personas especialmente vulnerables y hasta ahora poco visibles. Aunque el Hogar de Cristo lleva años advirtiendo su existencia desde la práctica directa en los territorios. Es un concepto incómodo. Preciso. Y urgente.

- ¿Cómo se define pobreza severa, para que cualquier persona pueda entenderla?

- Hoy medimos la pobreza por ingresos y la pobreza multidimensional. La primera calcula si una familia tiene recursos suficientes para cubrir necesidades básicas. La segunda mide carencias en vivienda, salud, educación, trabajo y cohesión social. No siempre coinciden. Una familia puede tener ingresos, pero vivir en una casa inadecuada o tener un hijo fuera del colegio o cuidar a un padre con discapacidad...

- Entonces, ¿quiénes entran en esa categoría de pobreza severa?

- Aquellos hogares que están mal en ambas cosas. Los que no tienen ingresos suficientes y además presentan múltiples carencias simultáneas. En palabras del padre Hurtado: "Son los más pobres entre los pobres". Y sí, la idea nace del Hogar de Cristo, porque eso vemos todos los días en nuestros programas.

- ¿Y cuántos son?

- Las estimaciones preliminares indican que serían cerca del 10% de la población, unos dos millones de personas. Es muchísimo. Es la evidencia de que existe un Chile que quedó fuera del radar.

- ¿Para qué sirve distinguir a esta población?

- Para orientar políticas más inteligentes. Existe una tensión clásica entre políticas universales y focalizadas. Yo creo que no son excluyentes. Chile necesita ambas. Pero hay familias que, aunque haya una oferta disponible, no acceden por barreras de información, capacidad, salud mental, distancia. Esas son las familias en pobreza severa: excluidas incluso cuando el derecho existe.

- Es lo que ustedes ven con personas en situación de calle: no tienen documentos, no entienden siglas, no saben cómo acceder

- Exacto. Por eso hacemos cosas tan básicas, pero tan decisivas, como sacarles carnet de identidad, tramitar pensiones, reinsertar escolares. No ocurre por decreto, ocurre por acompañamiento.

Izquierda y derecha unidas

Romero lamenta la desaparición del espíritu original de la política social llamada Chile Solidario, que incluía la figura de "una especie de ejecutivo de cuenta familiar". Alguien que conectaba, acompañaba, traducía. Un puente, literalmente.

"Hoy tenemos una oferta social robusta, pero no está llegando a quienes más la necesitan". Lo dice sin dramatismo, pero con un diagnóstico claro: la política social chilena está bien pensada, en el papel, pero mal diseñada para quienes enfrentan la pobreza severa.

- Si un candidato presidencial privilegia la ayuda universal y el otro la focalización de las políticas públicas, ¿qué le conviene al país?

- A Chile le conviene que la derecha y la izquierda trabajen juntas. Las políticas universales mejoran el estándar general, y las focalizadas permiten incluir a quienes han quedado fuera. No son antagónicas, son complementarias... hablar de pobreza severa ayuda a que los ojos sí vean a la pobreza.

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