A dos semanas del plebiscito de salida, y en el marco del seminario "Latam: The deep value of responsability" realizado este martes, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, planteó que "tenemos que renunciar a dos extremos" que se proponen desde distintos sectores para el día posterior a la esperada votación.
"Creo que tenemos que renunciar a dos extremos: la idea de volver al país previo al 18 de octubre de 2019 y utopías irrealizables. De lo que debemos preocuparnos es de buscar respuestas concretas, viables, graduales y, al mismo tiempo, aprovechar las oportunidades que se van abriendo para la economía chilena, que hace 10 o 15 años no las teníamos ni siquiera en nuestra imaginación", resaltó, de acuerdo a Pulso de La Tercera.
A su juicio, "el valor profundo de la responsabilidad está en preguntarnos qué podemos hacer cada uno de nosotros, qué es lo que podemos aportar, más que apuntar a qué es lo que le faltó hacer al otro. Y esta va a ser una responsabilidad especialmente importante a partir de la noche del 4 de septiembre".
Por lo mismo, el secretario de Estado emplazó a "todos los que tenemos responsabilidades públicas -seamos autoridades de Gobierno, líderes empresariales, grandes empresarios, líderes sindicales- a imaginarnos qué es lo que podemos hacer por Chile si es que gana la opción distinta de la que preferimos".
"Pensar sólo en la opción que uno quiere, está bien para quienes lideran las campañas, pero quienes tenemos responsabilidades siempre tenemos que abrir los escenarios, ponernos en distintas situaciones, y tener los planes y la voluntad para actuar en esas circunstancias. Eso es válido no solo para las autoridades, sino también para todos quienes no solamente tenemos responsabilidades frente al país, sino también lo queremos muy profundamente", enfatizó.
"PARA CONSTRUIR UN CAMINO ESTABLE, SE AMPLÍAN DERECHOS SOCIALES"
Reiterando que el Gobierno prepara una batería de indicaciones a su proyecto de reforma tributaria, el titular de Hacienda volvió a referirse a la cuestionada propuesta de recaudación de 4,1 por ciento del PIB, apuntando que "no voy a poner en duda que es una meta ambiciosa".
Sin embargo, advirtió que la recaudación tributaria en Chile no ha tenido un aumento neto desde la reforma impulsada en 1990, y que los desafíos por financiar más derechos sociales implican realizar cambios profundos.
"Si creemos que el estallido social no fue un evento aleatorio, que hay temas de fondo que están detrás de esto, y que la forma para construir un camino estable es ampliando ciertos derechos sociales y que esos derechos demandan recursos públicos, creo que tenemos que plantearnos que necesitamos una reforma que aumente esos recursos públicos de manera más clara de lo que ha ocurrido con las reformas anteriores", argumentó.
A la vez, el responsable de la billetera fiscal reconoció que la reforma de Bachelet II "implica aprendizajes que tenemos que evitar ahora", lo que se ve reflejado en un cambio del eje de la discusión "del tema de la integración/desintegración, a estructurar este régimen tributario dual de acuerdo al cual tenemos una forma de gravar los ingresos del capital y otra forma de gravar los ingresos del trabajo".
Con todo, garantizó que el Gobierno "va a defender su proyecto, pero al mismo tiempo, no somos autocomplacientes", pues el objetivo de su eventual aprobación es, por un lado, "avanzar hacia un régimen de impuesto a la renta que sea sostenible en el tiempo, el cual no estemos a la vuelta de dos o tres años otra vez discutiendo cambios estructurales a su interior", pero también "tratar de mantenernos lo más cerca posible de nuestras metas de recaudación. Si al final hay diferencias de décimas para arriba o para abajo, eso no va a ser lo más importante".
