Aspire Africa es un proyecto que lleva cabo el pequeño emirato ubicado en el Golfo Pérsico para reclutar niños talentosos, educarlos y formarlos como futbolistas. Los jóvenes decidirán si juegan por su país de origen.
Una veintena de niños africanos iniciará a partir del próximo martes un viaje hacia un sueño al ser elegidos para un proyecto social y deportivo puesto que podrían llegar a ser los futuros jugadores de la selección de Qatar, que aspira a participar en el Mundial de 2018, aún sin decidir el país donde se disputará.
Estos talentosos futbolistas tendrán la última palabra: jugar con su nuevo país o regresar a los orígenes y enrolarse con sus compatriotas.
El pequeño país de Qatar, uno de los emiratos de la Península Arábiga, de 11.500 kilómetros cuadrados, y con una población que ronda el medio millón de habitantes, hace tiempo que tuvo un sueño: además de ser un país inmensamente rico por su producción petrolera, deseaba situarse en el epicentro del mundo con el fútbol.
A través del proyecto Aspire, nombre que recibe una monumental academia deportiva construida hace años en Doha, el pequeño país del Golfo Pérsico encargó a diversos expertos en fútbol trazar un plan para que en un futuro no lejano una fase final de un mundial de fútbol tuviese entre los elegidos a Qatar.
Los alemanes Andreas Bleicher y Thomas Flock, director deportivo y director general de Aspire, respectivamente, contactaron con el ex técnico del fútbol base de FC Barcelona, Josep Colomer, cuando éste fue destituido hace tres temporadas de la entidad catalana.
Colomer, amigo y colaborador de la empresa Bonus sport marketing (BSM), propiedad de Sandro Rosell, quien elaboró un proyecto de búsqueda de talentos en África, idea que contó con algunas críticas, pues se ha tildado el proyecto Aspire África de expolio de jóvenes valores, aunque los promotores argumentan que han buscado futuros futbolistas en comunidades donde los niños no tenían ningún futuro.
"Una de las perlas que hemos encontrado vivía a unos 600 kilómetros de Pretoria (Sudáfrica) y cada día iba con sus cabras al río. Tiene un talento extraordinario para el fútbol. Le vamos a dar una oportunidad. La merece, y también su familia. Hemos ido a sumar a Arica. Los niños que no deseen jugar al final en Qatar lo harán con sus selecciones originales. Les habremos dado un futuro y estudios. ¿A qué más podemos aspirar?", argumentó Rosell.
Concluido el proyecto sobre el papel, fueron elegidos siete países (Sudáfrica, Senegal, Kenia, Camerún, Ghana, Nigeria y Marruecos) donde se iniciaría la búsqueda de las mejores perlas de niños nacidos en 1994 y después de casi 52 mil partidos disputados por 700 mil niños se llegó a 24 jugadores. (EFE)
