Ozzy los quiere a todos, y todos lo quieren a él

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Autor: Cooperativa.cl

El concierto de 95 minutos que el británico brindó la noche del martes en Santiago resumió lo mejor de la carrera solista que inició en EE.UU. en los 80, tras Black Sabbath.

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Por J. Raúl Martínez

rmartinez@cooperativa.cl

 

El seudónimo de "príncipe de la tinieblas" es más que pasado para el querendón Ozzy Osbourne, quien ahora se da el lujo de pedir bendiciones de Dios para su público y repetir innumerables veces que "ama a todos" los que asisten a sus conciertos.

 

Tal como hace casi 13 años, cuando debutó en el Teatro Caupolicán y también en un festival Monsters of Rock, los chilenos entendieron que la imaginería del heavy metal es con el británico sólo eso, una imagen.

 

El concierto de 95 minutos que Osbourne (Birmingham, 1948) brindó la noche del martes en la Pista Atlética resumió lo mejor de la carrera solista que inició en EE.UU. en los 80 y un par de himnos de Black Sabbath, su banda madre.

 

Pero, sobretodo, el cantante mostró lo bien que le hizo retomar la actividad con Sabbath y la propia -publicó en 2007 el disco "Black Rain"- en vez de proseguir en el mundo de los reality de la mano de MTV.

 

De hecho, Ozzy incluso pareció congelado en el tiempo desde ese 7 de septiembre de 1995, con gestos reconocibles, su balanceo afirmado del micrófono y su costumbre de lanzar agua a las primeras filas de fanáticos.

 

La voz, cuidada para un cantante de 59 años y el doble en excesos, permitió disfrutar de "Paranoid", "War pigs", "Mr. Crowley", "Bark at the Moon", "Mama I'm coming home" o "Suicide solution".

 

Además, la entrega de Ozzy sirvió para dejar atrás el monótono show de Korn, que eligió mal su repertorio y pareció tocar a la mitad de la velocidad de antaño, cuando el quinteto era el original y no sólo tres miembros más músicos de sesión. (Cooperativa.cl)

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