Negativa de grupos rebeldes puso en duda cita por la paz en Darfur
La cita, patrocinada por la ONU y la Unión Africana, corre peligro de no realizarse ante los cuestionamientos de ocho movimientos de resistencia al rol del presidente sudanés.
La cita, patrocinada por la ONU y la Unión Africana, corre peligro de no realizarse ante los cuestionamientos de ocho movimientos de resistencia al rol del presidente sudanés.
Las Naciones Unidas y la Unión Africana (UA) patrocinarán el sábado, en la localidad libia de Sirte, una reunión destinada a promover la paz en Darfur, cita que podría fracasar si se cumplen las amenazas de los rebeldes de no asistir.
Un total de ocho movimientos rebeldes sudaneses se niegan a acudir a la conferencia, pese a la insistencia del mediador libio, Muamar Al Gadafi, para que participen en las negociaciones con las autoridades de Jartum.
El autoproclamado Ejército de Liberación de Sudán (ELS), seis facciones que se han separado del mismo y el Movimiento para la Justicia y la Igualdad (MJI), han afirmado que no se desplazarán a Sirte porque temen ser objeto de "presiones internacionales".
Todos ellos acusan al presidente sudanés, Omar Al Bachir, de ser el instigador del fracaso de las diferentes rondas de las conversaciones de paz que se han mantenido hasta ahora entre las partes, afirmando que ello es debido a que "Si (Bachir) acepta la paz, teme perder su puesto".
Los grupos rebeldes tampoco se muestran satisfechos por la intervención de Gadafi, reprochándole las "amenazas" que, según dijeron, habría pronunciado contra ellos y acusándole de favoritismo hacia las milicias árabes llamadas "janjawid" que apoyan las tropas gubernamentales sudaneses.
Por su parte, el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó el miércoles pasado una declaración en la que apela a todas las partes en este conflicto a cesar las hostilidades y les pide que asistan a la conferencia de Sirte.
Pero a pocas horas de que de comienzo de la conferencia, nadie sabe con exactitud quien representará a los grupos rebeldes sudaneses, y el enviado especial de la ONU, el diplomático sueco Jan Eliasson, expresó el temor de que no se llegue a celebrar.
El conflicto ha causado desde su inicio en 2003 la muerte de unas 200 mil personas y más de dos millones de refugiados, según las estimaciones de organismos humanitarios internacionales. (EFE)