Benazir Bhutto, la mujer que gobernó Pakistán es ahora una mártir
La asesinada dos veces primera ministra dejó un legado que mezcla acusaciones de corrupción y afecto popular, que la llevó a autodenominarse la "líder de los pobres".
La asesinada dos veces primera ministra dejó un legado que mezcla acusaciones de corrupción y afecto popular, que la llevó a autodenominarse la "líder de los pobres".
La dirigenta política Benazir Bhutto, quien ocupó el cargo de primera ministra de Pakistán en dos ocasiones, murió ese jueves en su país a consecuencia de un atentado, apenas dos semanas antes de que concurriera como aspirante para ocupar nuevamente ese cargo en las elecciones del 8 de enero.
Bhutto había regresado a Karachi el pasado 18 de octubre, después de un pacto con el actual presidente Pervez Musharaff, mediante el cual la Justicia retiró los cargos de corrupción que pesaban sobre ella.
La hija del presidente musulmán sunita Ali Bhutto se afilió al Partido Popular de Pakistán, fundado por su padre en 1967, cuando ella tenía 14 años.
Desde muy joven sintió la vocación política y pese a ser mujer y vivir en un país musulmán, Bhutto se preparó para llegar a las más altas instancias de su país; y estudió Ciencias Políticas en las universidades de Harvard, EE.UU.; y Oxford, Reino Unido.
Bhutto supo conjugar las costumbres orientales y occidentales y esta mezcla de culturas se manifestaron en sus gobiernos.
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Atractiva y brillante, Benazir encabezó dos gobiernos (1988-90 y 1993-96), pero no logró completar ninguno de sus mandatos, acosada por acusaciones de corrupción, de las que escapó optando por el exilio a principios de 1999.
Benazir, conocida por el apelativo familiar de "Pinkie", fue testigo del derrocamiento de su padre por el general Zia a quien encarceló y ejecutó años después.
La muerte de su progenitor la hizo asumir la dirección del PPP, pero sufrió entonces largos periodos de prisión o arresto domiciliario, que aprovechó para escribir su biografía, hasta que en 1984 se exilió en Londres, de donde regresó dos años después para recibir una apoteósica bienvenida en la que participaron, en las calles de Lahore, un millón de personas.
A pesar de su educación occidental, Bhutto fue fiel a las costumbres de su país y se casó en un matrimonio concertado por su familia.
Su unión con Asif Zardari en 1987 la explicó porque "a veces la química funciona, además en un matrimonio arreglado las expectativas no son muy altas y esto hace que las cosas puedan funcionar mejor".
La muerte del general Zia en un accidente de avión en agosto de 1988 y la celebración de elecciones la llevó al poder el 2 de diciembre de ese año, pero el 6 de agosto de 1990 el presidente Ishaq Khan la destituyó acusándola de abuso de poder, nepotismo y corrupción.
Bhutto volvió al poder en octubre de 1993, pero en tres años fue de nuevo destituida por corrupción, mala gestión económica y por la muerte extrajudicial de detenidos.
La "líder de los pobres" paquistaníes, como ella misma se definía, optó por abandonar Pakistán para un "exilio voluntario" que acabó el 18 de octubre, tras casi nueve años, después de que le fuera garantizada una amnistía del presidente Pervez Musharraf.
Dejó atrás a su marido, conocido por los paquistaníes como "el señor 10 por ciento", por las comisiones que cobraba para facilitar contratos públicos, y quien pasó varios años en la cárcel antes de unirse a ella en el exilio en 2004.
Aunque Bhutto fue condenada en Pakistán en 1999 y 2001, por corrupción y evasión de la Justicia, las sentencias fueron anuladas por tribunales superiores.
Benazir Bhutto tiene de tres hijos que actualmente están en Dubai junto a su padre, un varón al que llamó Bilawal (1988) y dos hijas: Bajtawar (1990) y Asafa, quien nació en Londres (1996). (EFE)