Sigue la incógnita sobre cómo Josef Fritzl proveía de alimentos a sus rehenes

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Autor: Cooperativa.cl

Los agentes policiales austríacos deberán escuchar los testimonios de unas 100 personas que residen o han vivido en el edificio de tres pisos propiedad de los Fritzl en la localidad de Amstetten.

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Las autoridades austríacas prosiguen las investigaciones para intentar esclarecer cómo Josef Fritzl proveía de alimentos a su hija Elisabeth y a tres de sus hijos, resultado de su relación incestuosa con ella y sus violaciones, en el zulo subterráneo donde los mantuvo encerrados durante 24 años.

 

Sobre las narraciones efectuadas a la prensa por varios vecinos y ex inquilinos de Fritzl, el jefe de la Oficina contra el Delito de Baja Austria, Franz Polzer, dijo a la agencia local que "no hay declaraciones concretas".

 

De esta forma, Polzer ni confirmaba ni desmentía las afirmaciones al respecto publicadas por los medios.

 

Los agentes deberán escuchar los testimonios de unas cien personas que residen o han vivido en el edificio de tres pisos propiedad de los Fritzl en la localidad de Amstetten, donde tuvo lugar el peor caso de abuso conocido en Austria.

 

El viernes, la Policía ya afirmó que "nada se puede hacer" si esas personas "no se acuerdan de nada" cuando responden a los interrogatorios de las fuerzas de seguridad, pero luego, cuando recuerdan ciertos detalles, se los cuentan a la prensa.

 

Desde el viernes, los medios de comunicación se hacen eco de los recuerdos de Sepp (Josef) Leitner, un camarero que entre 1990 y 1994 alquiló un estudio de 30 metros cuadrados en la planta baja de la casa de los Fritzl y quien ahora dijo que está seguro de que pagó, sin saberlo, las cuentas de la luz de los "inquilinos" del calabozo subterráneo.

 

Señala que vio "con frecuencia" cómo Josef Fritzl, de profesión técnico electricista, llegaba de noche a la casa, descendía de su vehículo Mercedes con bolsas de la compra y se dirigía directamente a la entrada del sótano por el jardín.

 

Otro antiguo inquilino, Alfred Dubanovsky, declaró al diario Österreich que conocía a Elisabeth de la escuela (ambos tienen la misma edad) y que la adolescente de entonces le confesó que no aguantaba más la vida en el hogar de sus padres.

 

"Recordando, algunas cosas me parecen ahora raras", entre ellas ver a Josef Fritzl empujando "una carretilla con alimentos en el sótano, y su esposa lo ayudaba en ello", indica.

 

Dubanovsky añadió que está "casi seguro" de que la mujer de Josef Fritzl, Rosemarie, sabía algo del secreto de su marido.

 

"Además, se iban de vacaciones por separado. Uno siempre se quedaba en la casa. Un poco raro, ¿no?", comenta.

 

Sin embargo, las autoridades han reiterado que no tienen el más mínimo indicio que lleve a suponer que Rosemarie estaba al tanto de esta horrible historia.

 

Los médicos, por su parte, resaltaron el estado de "shock" en el que se encuentra Rosemarie, junto a Elisabeth y los niños, en un hospital local y bajo protección.

 

Además, en sus declaraciones ante la Policía, la propia Elisabeth, desde un principio, ha exculpado a su madre del martirio que sufrió en los últimos 24 años. (EFE)

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