El Vlams Blok, que reivindica el nacionalismo de Flandes y la expulsión de los inmigrantes no europeos, fue considerada como una organización racista por la justicia de su país.
El partido nacionalista flamenco de ultraderecha Vlaams Blok deberá disolverse después de que el Tribunal Supremo de Bélgica confirmara este martes la decisión del Tribunal de Apelación de Gante (oeste de Bélgica), que condenó a esa agrupación por considerarla racista.
El Supremo estimó que los alegatos de los abogados defensores no están fundados y que no hay razones para transferir el caso al Tribunal Constitucional, tal y como había solicitado el propio partido al considerar que la Ley contra la Discriminación es contraria a la libertad de expresión.
El Tribunal de Apelación de Gante calificó el pasado 22 de abril como "racista" al Vlaams Blok (Bloque Flamenco) y obligó a tres entidades no lucrativas afines a pagar multas de 12.395 euros cada una por su cooperación con la formación política.
La sentencia, que es definitiva, supone la primera condena por racismo en Bélgica contra un partido que no ha dejado de crecer en los últimos años tanto en Flandes como en la región bilingüe de Bruselas.
En las pasadas elecciones al Parlamento Flamenco, celebradas en junio, el Vlaams Blok se convirtió en el segundo partido más grande de Flandes y en la circunscripción electoral flamenca de la región-capital de Bruselas incluso llegó a ocupar el primer puesto.
El presidente del Vlaams Blok, Frank Vanhecke, señaló en su sitio web que los partidos políticos tradicionales no tienen que hacerse ilusiones, ya que "es verdad que han prohibido el partido, pero no sus ideas".
"Crearemos un nuevo Vlaams Blok con otro nombre, pero con las mismas personas y el mismo programa, y el nuevo partido será más grande y más fuerte que nunca", añadió Vanhecke.
Con el fin de prevenir nuevas denuncias, el Vlaams Blok presentó el pasado sábado su "declaración de principios", distanciándose un poco de su ideología ultraderechista.
El mayor cambio consiste en que el partido ya no quiere echar a todos los inmigrantes no europeos, sino sólo a "los que no respetan nuestra cultura y algunos principios europeos, como la separación entre Iglesia y Estado, o a los que rechazan, niegan o luchan contra la libertad de expresión".
La mayoría de los partidos políticos belgas reaccionaron de manera cautelosa a la noticia y destacaron que si el partido sigue siendo no democrático, volverán a negar toda cooperación con él.
Sólo el partido nacionalista moderado N-VA se mostró insatisfecho con la decisión del Supremo, ya que "siempre nos hemos opuesto a la politización de la Justicia y a la judicialización de la política", señaló su presidente, Bart de Wever.
Por su parte la Liga por los Derechos Humanos abogó este martes por "una movilización continua contra la ideología racista y discriminatoria en la que todos tenemos que asumir nuestra responsabilidad".
El Vlaams Blok fue creado en 1977 y tiene sus raíces en el Movimiento Flamenco y en la lucha por la independencia de esta región. (EFE)
