Este domingo los franceses concurren a las urnas para la primera parte de sus comicios locales, los que ganará la oposición de izquierda, según encuestas.
Unos 44 millones de votantes están llamados este domingo a las urnas en Francia, en la primera ronda de las elecciones municipales y cantonales, que además serán la primera prueba electoral para el presidente Nicolás Sarkozy.
El nivel de participación, la magnitud de la victoria de la oposición de izquierda anunciada por los sondeos y el impacto de la impopularidad del jefe de Estado, 10 meses después de su llegada al Elíseo, se perfilan como las principales incógnitas.
Aunque se trata de elecciones locales y la mayoría de los electores, según las encuestas, dice que se pronunciarán en función de consideraciones locales, servirán para medir la relación de las fuerzas políticas en el país.
Los socialistas llaman a un voto "de castigo" contra Sarkozy y su Gobierno, que a su vez acusa a sus detractores de buscar "la revancha" tras sucesivas derrotas en las presidenciales y legislativas.
Los 1,5 millones de votantes de ultramar podrán votar, según las zonas geográficas, desde las 21:00 GMT de este sábado, mientras que en la Francia metropolitana los colegios electorales abrirán a las 07:00 GMT del domingo.
En los comicios, que concluirán con la segunda y última vuelta del domingo 16, se renuevan los concejales de los 36.782 municipios de Francia -los elegidos designarán luego al alcalde-, con un mandato de seis años, mientras que en 2.020 cantones (la mitad del total) se elige a los miembros de los consejos generales, asambleas ejecutivas de los departamentos, también para seis años.
De los aproximadamente 400 municipios de más de 20.000 habitantes, la izquierda controla ahora 177 y la derecha 223, por lo que objetivamente los conservadores tienen más que perder.
Pero los sondeos auguran a la derecha un revés, en el contexto actual marcado por la estrepitosa caída de popularidad de Sarkozy desde comienzos de año y por una coyuntura económica desfavorable.
Ausente de una campaña que, cuando los sondeos le sonreían, quiso "nacionalizar", el presidente ha dicho que las "peripecias" de los sondeos o los comicios "locales" no lo distraen en su empeño de "modernizar" Francia de aquí al final de su mandato, en 2012, y que mantendrá "el rumbo" de las reformas. (EFE)
