Romano Prodi compareció ante la Cámara Alta pronunciando un discurso en el que pidió su confianza, ante la votación que este miércoles decidirá si continúa o no en el cargo.
El primer ministro italiano, Romano Prodi, se comprometió este martes ante el Senado a reformar la ley electoral en un discurso en el que ha evitado hablar de los asuntos que dividen a su coalición, como el de la regulación de las parejas de hecho.
Prodi anunció ese compromiso en una intervención en el Senado, Cámara a la que tuvo que pedir su confianza, después de que el presidente de Italia, Giorgio Napolitano, no aceptase la dimisión que él mismo presentó el miércoles pasado.
"Es nuestro deber reformar pronto el sistema electoral", dijo Prodi, para quien las crisis institucionales italianas están en relación con "la incompleta transición institucional comenzada en los años 90".
Explicó que el "nudo principal" de esa transición incompleta es la ley electoral, cuya última reforma fue hecha por el Gobierno de Silvio Berlusconi.
Para conseguir sacar adelante la reforma hizo un llamamiento al diálogo y dijo que "no existen condiciones".
El primer ministro repasó después el programa político de su Gobierno, sobre todo la política exterior, origen de la crisis que le llevó a presentar la dimisión el miércoles pasado.
Destacó que en las grandes líneas, su Ejecutivo ha devuelto a Italia al seno de Europa, especialmente junto a Alemania, Francia y España, mientras consideró que Estados Unidos es un aliado que complementa la política exterior europea.
Recordó que fue su Gobierno el que retiró las tropas italianas de Irak y añadió que en Afganistán, uno de los principales puntos de discordia en el seno de la coalición gubernamental, la solución militar no es suficiente.
"La presencia militar en Afganistán no basta, sólo la acción política puede dar respuesta y estabilidad", explicó Prodi, para insistir después en la idea propuesta por Italia de celebrar una Conferencia de Paz sobre Afganistán.
Esa propuesta es el único guiño que Prodi pudo ofrecer a los aliados de la ala más a la izquierda de su coalición, contrarios a la presencia de las tropas italianas en Afganistán.
Sin embargo, Prodi evitó otros asuntos sobre los que hay una gran división en la alianza de Gobierno, como la ley reguladora de las parejas de hecho, a la que se oponen democristianos y centristas, y la reforma de las pensiones, rechazada por los sindicatos.
Prodi se refugió después en el apartado económico, donde el crecimiento del Producto Interior Bruto en 2006 le permitió presentar un brillante expediente.
En concreto destacó el aumento del PIB en un 2% en 2006, lo que recalcó que representa "más que en los cuatro años anteriores".
Esa afirmación motivó algunos gritos de protesta por parte de la oposición, que considera suyo el crecimiento del PIB, pues el cambio de Gobierno se produjo en el mes de mayo.
Prodi anunció, además, que su Gabinete dará prioridad a "la familia y a la natalidad", punto que obsesiona a los democratacristianos y algunos partidos centristas presentes en su coalición de Gobierno.
Con ese planteamiento, el primer ministro reclamó una vez más la confianza del Senado para dar un nuevo "impulso" a su Gobierno, que será exactamente el mismo que cuando dimitió el pasado miércoles.
El voto de confianza al Gobierno de Romano Prodi se realizará el miércoles en el Senado y después pasará, el viernes, al Congreso de los diputados, según decidió la Junta de portavoces de la Cámara Alta.
El presidente de Italia, Giorgio Napolitano, decidió enviar al gobierno de Prodi al Parlamento para someterse a un voto de confianza, afirmando que la única solución posible a la crisis tras la dimisión del Gobierno era verificar si Prodi cuenta aún con mayoría en el Senado, donde sólo tiene dos votos de ventaja respecto a la oposición.
El miércoles, en el Senado, a las 18:00 horas locales (14:00 de Chile), comenzará la declaración de voto por parte de los grupos políticos y en torno a las 20:30 (16:30 de Chile) se procederá a la votación. (EFE)
