El técnico Juvenal Olmos asumió la responsabilidad de la eliminación de Chile de la Copa del Mundo 2006. En un feroz mea culpa el entrenador indicó que pecó de "altanero", "egoísta" y "soberbio", que se convirtió en un "personaje más que en persona" y que se "asustó y se encerró".
"Estoy en un momento complicado de mi vida. Se removieron las estructuras del mundo que tenía, mis pensamientos, mis sueños, mis proyectos. Estoy triste, absolutamente desencajado", confesó Olmos en el programa "Hora de Hablar" de la cadena Fox Sports.
"Soy el gran responsable, pero no el único", sentenció sin ahondar.
"Había un Juvenal imbatible, que se las sabía todas, que no necesitaba a nadie para conseguir objetivos. Y ahora tuve un año en que fracasé en la selección y después en el segundo gran anhelo de mi vida: proyectarme internacionalmente", agregó.
Olmos indicó que su gran pecado fue ser "muy altanero con mucha gente. ¿Arrepentido? Si no hubiera vivido esto, no me habría dado cuenta. Estaba tomando una postura que no me correspondía. Me convertí más en personaje que en persona. Cuando asumí en la selección me sentía preparado y capaz. No me arrepiento de haberlo hecho. Arrepentirse es negarse uno mismo".
Sin entrar en un análisis futbolístico, como se hubiera esperado, Olmos siguió con su desahogo: "Tuve dificultades para expresarme. Quizás me asusté, me encerré. La frase de la cual sí corresponde una explicación es de cuando Chile sale primero en el Preolímpico y pongo a (Eduardo) Bonvallet como el enemigo público número uno de la selección. Estuve mal, no tendría que haberlo dicho, fue un error . Antepuse mi interés personal, mi egoísmo, mi soberbia y lo nombré sin sentido".
Sobre su siempre tensa relación con el presidente de la ANFP, Reinaldo Sánchez, el DT señaló que "profesionalmente hay aspectos en los cuales nunca nos vamos a poner de acuerdo. Si uno conversa algo privadamente, no puede andarse filtrando. Pero como persona es super derecho. Tiene un corazón grande. Es un buen viejo, un buen hombre. Siempre voy a estar agradecido de él, porque se jugó una opción muy difícil conmigo".
En torno a su posterior paso al fútbol argentino, Olmos también se declaró equivocado: "Tomé la decisión errónea de aceptar dirigir a Newell's cuando no estaba bien, entero. Estaba sucio por dentro. No debí haberlo aceptado y a los dos meses perdí mi segundo gran sueño. Tengo la sensación de que ni siquiera estuve ahí".
Olmos precisó que "hoy no podría dirigir. No sé en cuánto tiempo más lo haga. Tenía dos grandes objetivos como entrenador y hoy no los tengo. Quiero recuperarme bien y volver (se quiebra) a estar mejor nomás. Quisiera dedicarme a las comunicaciones, me va a dar un aire distinto". (Agencias)