Por J. Raúl Martínez rmartinez@cooperativa.cl
Aunque La Oreja de Van Gogh, Tom Jones y Gustavo Cerati brillaron en las tres primeras noches de Viña 2007, respectivamente, la cuarta jornada del evento musical se extendió más allá de lo normal gracias a presentaciones de real categoría, con Los Tres y Fito Páez como exponentes selectos del rock hecho en el Cono Sur.
Shows bien armados, llenos de éxitos y con finales de antología fueron la tónica del sábado, ya adentrado en domingo, que vivieron los 15.000 espectadores que llegaron a la Quinta y que en su inmensa mayoría se quedaron hasta las 03:45 horas, cuando el músico rosarino dejó el escenario.
Pero la noche partió con Los Tres como en su mejor época. Acá no había reunión, fue tal como si el tiempo no hubiera pasado y la banda hubiese permanecido tocando sin pausas, desde su inicio con "La primera vez", hasta las ya antiquísimas "He barrido el sol" o "Tiraté", o el desenfrenado cierre con "No sabes que desperdicio tengo en el alma".
Incluso la sección de cuecas, extensión de la Yein Fonda en Viña, hizo decaer al público que celebró todas y cada una de las interpretaciones por las que Alvaro Henríquez, Roberto Lindl y Angel Parra se pasearon.
Hasta un lujo -luego retribuido- se dio Los Tres, al invitar a Fito Páez a tocar "Déjate caer", que el trasandino ha tocado en vivo por considerar que la melodía devuelve la ilusión en la música.
Y a pesar de que Henríquez no hizo comentarios agudos sobre actualidad o el propio Festival, Los Tres dejó en claro sus principios al incluir al final de "Tu cariño se me va", el cover, la voz del Presidente Salvador Allende en su último discurso.
Sinergia total y excelente sonido, resultado obvio. Dos Antorchas, una plateada y otra dorada, más una Gaviota de Plata, casi como obligación, porque por la presentación que dieron, los penquistas podrían haber seguido recibiendo premios sin que fuera exagerado.
Fito Páez arrasó entre sus devotos
Si Los Tres tuvo al público encendido desde el inicio de la jornada, Fito Páez simplemente lo hizo delirar desde las 02:30 horas, y a todos, porque la hora no influyó y toda la Quinta se quedó para ver al rosarino.
Páez, como conocedor de Viña, decidió entrar de inmediato con su éxito "El amor después del amor" y el éxito fue inmediato. El "monstruo" se rindió de inmediato y pasó a corear y bailar al son de "Enloquecer", "Yo te amé en Nicaragua", "Dar es dar", "Cadáver Exquisito", entre otras.
Luego, la "devuelta de mano" y sube Alvaro Henríquez para compartir guitarra y voces en "Ciudad de pobres corazones". Nueva colaboración, el jurado folclórico Rubén Rada pone su voz profunda en "A rodar mi vida".
Nuevamente, Antorcha de Plata y Antorcha de Oro sin discusión. El bis, con "Un vestido y un amor", sólo enciende más a la Quinta y -al coro de 'Olé, olé, olé, Fito, Fito'- se viene la Gaviota.
"Mariposa technicolor" y la fuera de emisión televisiva "Eso que llevas ahí" terminan con el delirio de la barra argentino, quien se despide con la satisfacción de haber dejado, nuevamente, contento al público del Festival.
Salas superó la distracción y revivió a Pujillay
Alvaro Salas, el primer humorista de Viña 2007, logró llevarse las dos Antorchas a pesar de que su rutina no fue ascendente y tuvo algunos altibajos, y que además debió sortear una manifestación que realizaron deudores habitacionales en la Quinta, ante el disgusto de la gente que asistió al show.
Apelando a chistes cortos, pero conocidos, así como a mofarse del inglés del cantante Luis Jara (recordado por un frustrado diálogo con Robbie Williams en su programa "Mucho Lucho"), el también rostro de Canal 13 logró hacer reír a la Quinta.
Luego, Salas recordó sus pasos por el escenario con el grupo Pujillay, a cuyos integrantes invitó para recordar el humor musical que realizaba en los 80 con sus ex compañeros de universidad.
La reunión sacó más risas, pero como era la parte intermedia de la rutina, perdió un poco de fuerza y pareció más adecuada para haber cerrado la actuación, tarea que Salas se guardó para sí, justo cuando arreció la protesta de los deudores bancarios, lo que distrajo al aún más al ya irritado público.
De hecho, la Antorcha de Plata que recibió Alvaro Salas fue seguida por la dorada casi en una reacción de desahogo del "monstruo", que premió al humorista para demostrar su descontento con la acción de los manifestantes. (Cooperativa.cl)