Steven Wilson: El arte que no quiere que pienses es aburrido

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Autor: Cooperativa.cl

El británico actualmente se encuentra promocionando su cuarto disco solista, "Hand. Cannot. Erase".

"Una de las cosas importantes entre los músicos y la gente que los escucha es la distancia", resaltó también a Cooperativa.

Steven Wilson: El arte que no quiere que pienses es aburrido
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Conocido por liderar Porcupine Tree desde 1987, pero también por ser una de las piedras angulares en trabajos de otras bandas como King Crimson, Jethro Tull, Yes y Marillion, entre otras.

Steven Wilson actualmente se encuentra promocionando su cuarto disco solista, "Hand. Cannot. Erase", a través de Latinoamérica, continente para cuyas visitas considera que "es como venir a casa" y que para él cuenta con un público "apasionado".

El músico británico ahora llega con 47 años por tercera vez a Chile -tras visitas en 2012 y 2013-, tratando de transmitir con su álbum la historia trágica de una joven cuyo cadáver permaneció cerca de tres años en el olvido de su departamento, sin que amigos, familiares u otros cercanos, decidieran averiguar que había pasado con ella. Pero a la vez busca evidenciar la vorágine que está transformando a la humanidad, desde los núcleos de las sociedades, con seres que paradógicamente se están volviendo antisociales, por el bombardeo de información, tecnología y exhibicionismo del que son víctimas.

En la previa a sus tres shows agendados en Chile -uno de ellos agotados-, Wilson conversó con Cooperativa sobre las diferentes reflexiones que crecieron en su mente a partir de este trabajo en el que invirtió dos años y con el que ya "terminó" su relación, sólo para verlo evolucionar una vez más, cuando salga descalzo, como es usual, al escenario del Teatro Cariola este fin de semana.

- Viniste para presentar tu cuarto álbum en solitario "Hand. Cannot. Erase", ¿cómo describes este trabajo?

Acostumbro a trabajar con rock conceptual. Me gusta usar el álbum como un medio para contar una historia de la misma manera en que lo harías con una película o una novela. El álbum para mí es el equivalente a una obra cinematográfica o literaria, en el sentido de narrar algo desde el punto A al punto B, en tiempo real. Por eso es una pieza musical muy diversa, con diferentes estilos en la que cuentas con muchas emociones y aspectos para contar.

- Pensando en esto, ahora tomas inspiración de una película para hacer "otra película", entonces...

La inspiración vino de una historia real, la de Joyce Carol Vincent, que fue una mujer joven encontrada muerta en su departamento hace 10 años. Su cuerpo había estado ahí sin descubrirse por más de dos. Fue un hecho noticioso. Eso realmente pasó en Londres. En 2011, una directora llamada Carol Morley hizo un documental sobre Vincent, y pude saber mucho más acerca de ella, volviéndose algo aún más chocante y obsesivo. En ese sentido tienes razón, ese documental se convirtió en el comienzo, en mi mente, de mi intención de querer escribir un álbum con la historia de un personaje basado en esta persona real.

Todos somos Vincent

- ¿Esta historia te hizo pensar en el estado de las relaciones humanas, contemplando en cómo Vincent fue olvidada, fallecida, por tantos años?

Me hizo pensar en todo. Me hizo pensar en la forma en que la tecnología afecta nuestra vida y cómo interactuamos con otros seres humanos; cómo la vida moderna en general puede hacer que algunas personas se sientan tan paranoicas, confundidas y asustadas, sólo por salir más allá de su puerta principal; sobre cómo se ve afectada la infancia, con remordimientos, pérdidas, aislamiento, alienación, desconexión de la modernidad y de otros seres humanos. Para mí fue una historia de la vida real que parece decir tanto acerca de la vida moderna, sobre cómo vivimos en el Siglo XXI y nos relacionamos entre nosotros. Cómo ocupamos las redes sociales para ser antisociales. Y se transformó en este maravilloso regalo de una historia para hablar sobre tantas cosas que me preocupan.

- ¿Qué conclusiones sacaste una vez que tenías decidido incorporar esta narración y sus implicancias en el disco?

Creo que hay algo de Joyce Carol Vincent en todos. Particularmente en el mundo en que vivimos, donde somos bombardeados por tecnología, información, caos, terroristas, pedófilos, asesinos en serie, televisión, cine, pornografía; todos pueden entender el impulso de decir "¡ya basta! Sólo me quedaré en mi departamento y, básicamente existiré en este pequeño capullo, donde no tengo que interactuar con otros seres humanos". Mi conclusión fue que Vincent no es poco común. El sentimiento, lo que le pasó, como gradualmente se desconectó y de alguna manera se borró, es algo que cualquiera puede entender e identificarse. Ciertamente, comprendo el impulso, sobre todo porque soy músico y tengo una cara bastante pública, de ahí que asimilo el 'extirparme' del resto del planeta. Es por eso que una mínima parte de todos puede entender por qué hizo eso.

- En "Hand. Cannot. Erase" hablas desde la perspectiva de una mujer, ¿cómo te planteaste alcanzar este enfoque?

Todo hombre tiene un lado femenino, así como las mujeres uno masculino. Nunca es blanco y negro. Obviamente el personaje tenía que ser femenino, por su inspiración. Fue complejo, fue un gran desafío. Pero he visto muchas películas y leído libros desde esa mirada. Muchos de mis mejores amigos son mujeres y hablé con ellas de sus vidas y experiencias. Y, sí, cuando estaba escribiendo las letras se las mostré, consultándoles "me compras esto, crees en este personaje", para luego entregarme algo de feedback y pensamientos. Pero si fui exitoso con lo que me propuse, no lo puedo asegurar.

"La muerte del artista"

- En diversos reviews han descrito tus trabajos como "excelentes", que eres un "músico prolífico", ¿sientes alguna presión de esos pensamientos cuando piensas en volver a los estudios?

No, porque no los leo. Sé que la gente piensa que es bastante inusual. Pero, por ejemplo, cuando publico algo en Facebook -no lo hago yo, lo hace mi encargado de la web-, hay miles de comentarios y no leo ninguno de ellos. Eso es importante, porque la única cosa que no puedes permitir que te influya, como una persona creativa, es la opinión de tus seguidores y de los medios, porque son sólo eso: opiniones. Lo peor que puedes hacer es programarte pensando en lo que esperan de ti. Lo que quieren tus seguidores, la prensa, tu manager o mi sello discográfico. Lo importante y esencial es bloquear todo eso. De hecho, ser increíblemente egoísta es una de mis definiciones de ser artista. Ahí es cuando reconoces que hay una distinción entre ser un artista y un entretenedor. El último es alguien que piensa en lo que la audiencia quiere y se lo entrega. El artista tiene que crear arte debido a una vocación personal o algo dentro de ellos. Suena pretencioso, pero nunca hago música para complacer a otra gente, porque me enamoré de la idea de hacer música y lo mantengo hasta el día de hoy. Lo peor que puedo hacer es comenzar a pensar como un entretenedor, es la muerte del artista.

- ¿No crees que de alguna manera tú estás cortando una relación si no lees o tienes contacto con los fanáticos?

Por muchos años, los músicos que hacen rock crearon música en un vacío, lanzaron el álbum y el único feedback que obtuvieron de sus fanáticos fue que después de los espectáculos les firmaron algo. Eso era. El mundo era un mejor lugar en ese entonces. El mundo de la música era mejor. Una de las cosas importantes entre los músicos y la gente que los escucha es la distancia. Creo que una de las cosas que hizo que el rock fuera tan fantástico en los 60s, 70s y 80s, fue esa pequeña cosa llamada enigma, misterio. La gente que escuchaba la música no sabía tanto sobre lo que los artistas estaban haciendo. Eran como dioses del rock.

- ¿Y eso es lo que quieres lograr ahora?

De alguna manera, sí. Por ejemplo, Ozzy Osbourne era un dios del rock, pero ya no lo es, es un idiota; porque lo hemos visto en la televisión de esa manera. Sabemos demasiado sobre Ozzy Osbourne ahora. Hubo un tiempo en el que él era un dios para sus seguidores, tal vez aún lo es para algunos; pero en mi caso, no puedo volver a escuchar a Black Sabbath sin ver una imagen de Ozzy tratando de hacer funcionar el control remoto de su televisión y llamando (imita el tono de voz): "Sharon, no puedo hacer que la puta televisión funcione". Lo siento, pero mi idea de Ozzy Osbourne se arruinó para mí. Debería existir una especie de compromiso cuando sigues a un artista: no deberías saber mucho de esa persona. La sensación de misterio es una cualidad importante, es parte del hechizo y de la magia. No hago meet & greets con los fans, tampoco vendo tickets para las pruebas de sonido. No hago mucho de eso que llamarías interacción con los fans, y pienso así porque creo que es mejor para ellos también que no sepan mucho de mí, que no lleguen a conocerme.

- Así que hay que establecer una barrera entre el músico y el fan...

Hay algunos músicos que publican en Twitter y Facebook como 20 o 30 veces al día, comentando qué tomaron de desayuno, qué película vieron o que están en el supermercado. Primero, es aburrido. Segundo, le roba tanto a la magia que obtienes como fan, cuando los escuchas. No deberías pensar en ellos saliendo con sus esposas o lavándose los dientes, no deberías pensar en eso. El internet es una tentación para la gente, que está atenta a cada uno de los detalles de tu vida, cuando realmente saben que no es importante. Pero es difícil detenerte.

- Tal vez hay una falta de vergüenza...

Todo es ego. Los músicos por definición tienen grandes egos, para subirse a un escenario y decir "mírenme". Si no tuviera ego no sería capaz de presentarme y pensar que tengo el derecho de estar ahí. Desafortunadamente, Facebook y Twitter le da la oportunidad a los artistas de llevar todo eso a un nuevo nivel. Pero todo el mundo lo está haciendo, incluso gente que no es creativa comparte los detalles de su vida. ¿A quién le interesa? No lo sé. Esto le da licencia a todo el mundo para que se transforme en una celebridad. Ahora somos seis billones de celebridades en el mundo. No todos podemos ser celebridades ¿o sí?

Reinterpretación e improvisación

- ¿Ha cambiado "Hand. Cannot. Erase" en el escenario?

Mi relación con el disco ahora se acabó. Cuando lo terminé no quería escucharlo de nuevo. Pasé dos años escribiendo, arreglando, haciendo demos, grabando, editando mezclando, masterizándolo. No creas que no estoy orgulloso de él, pero para el momento en que lo terminé no quería volver a escucharlo en la vida.

- Entonces, ¿cómo llegas a hacer los conciertos?

En vivo es diferente. Allí estás reinterpretándolo cada noche. Las versiones del disco siempre permanecerán plasmadas en piedra. Pero una vez en vivo, podemos reinterpretarlas y ver cómo evolucionan, con la audiencia siendo parte de esa experiencia también. E interpretamos de diferentes maneras dependiendo de cómo reaccione el público. Seguramente tocaré diferente en Chile, donde la gente es muy apasionada, a cómo lo hago en Alemania, porque allá son más reservados. (El disco) está creciendo en vivo y hay mucha improvisación, los solos son pura improvisación, y lo disfruto mucho.

- A partir de eso, ¿cómo ves la recepción de tu música en esta parte del mundo?

Cuando vine por primera vez a Chile hace tres años, no tenía idea que tenía ni siquiera un fan. Así que venir hasta acá y ver que hay miles de personas que les encanta la música que vengo haciendo hace años... niños, jóvenes, hombres, mujeres... Es muy emocionante tener un impacto a miles de kilómetros, sin siquiera saberlo. Y los veo particularmente apasionados. Es como venir a casa, a pesar de que es un lugar en el que no estás constantemente.

"¿Qué mierda acabo de ver?"

- ¿Tienes ideas para un nuevo disco?

Comencé a escribir algo de música, pero no he tenido ideas para las líricas por el momento y eso es clave para mí, porque cuando tienes el tema, eso comienza a influir en la música y su sonido. Por ejemplo, si no hubiese visto al personaje de "Dreams of a life", Joyce Carol Vincent, tal vez nunca habría trabajado con una cantante. Aún es temprano, pero siempre estoy pensando, viendo películas y leyendo. Todo puede ser una influencia.

- ¿Tienes alguna preferencia en música, cine o literatura?

Me gustan las cosas que no son genéricas. Me gustan las cosas que no encajan en un género. Si alguien me dice "hay una nueva banda que toca metal progresivo", qué aburrido. O, "hay una nueva banda que hip hop de la vieja escuela", aburrido. "Hay una nueva banda y no puedo describirla, es como una rara...", ¡eso es interesante! Me pasa lo mismo con los libros y las películas. Mi favorita en los últimos años es una que se llama "Under the skin". Esa me voló la cabeza, porque es de ciencia ficción, pero no es como ninguna otra que alguien esté haciendo. La amé. Es una película con la que llegas al final y piensas "¿qué mierda acabo de ver?". Me encanta eso y la vi nuevamente, dos, tres, cuatro, ocho veces. Es como poesía para mí, porque es lo opuesto a Hollywood. Es el antídoto a todo lo que está allá, a pesar de que tiene una de sus estrellas. No es genérica, no sabes a donde va, no sabes ni siquiera qué significa. Eso me encanta en todas las artes.

- El significado está en el espectador.

Ahí está la belleza del asunto. El arte siempre debería ser acerca de la persona que lo experimenta, interpretándolo por su cuenta. El arte que no quiere que pienses y te dice todo, es aburrido. Por eso me gusta tanto la música, porque aún requiere tanto del oyente. Tienes que interpretar las líricas, no siempre están claras.

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