El boliviano Felipe Quispe, líder del Movimiento Indígena Pachacuti, declaró a un diario brasileño que el presidente de su país, Evo Morales, comienza a decepcionar y a parecer un neoliberal vendido al capital extranjero.
"Después de un mes de trabajo, Evo Morales parece un neoliberal indígena y el pueblo boliviano está cada día más insatisfecho", afirmó el líder campesino.
"Se ha vendido y si continúa así podemos asegurar que va a durar menos que sus antecesores", sostuvo Quispe, de la etnia aymara, la misma de Morales, en una entrevista que publicó este miércoles el diario Correio Braziliense, en la que critica duramente al presidente.
Quispe recordó que los movimientos indígenas le dieron a Morales, que cumple un mes en el poder, un plazo de 90 días para demostrar que está dispuesto a cumplir con sus promesas de campaña, pero señaló que "ya le quedan sólo 60 días y no ha mostrado nada".
En ese sentido, el líder aymara advirtió que si cumplido el plazo de 90 días no se perciben cambios en la política boliviana, volverán a arreciar las protestas que derrumbaron a los ex presidentes Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa.
Según Quispe, Morales no ha dado un sólo paso para nacionalizar la industria de hidrocarburos.
"Debíamos expulsar a Repsol, a Petrobras y a todas las empresas extranjeras, pero parece que Morales se ha bajado los pantalones ante Lula", aseveró Quispe en referencia al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Aludió así a las negociaciones entre el gobierno boliviano y la empresa estatal brasileña, que con sus operaciones en el área de petróleo y gas responde por casi el 20 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país andino.
"No estamos de acuerdo con hacer concesiones al capital externo, porque eso es lo que marca el pensamiento neoliberal", agregó.
Quispe criticó además la política de Morales respecto a la coca y sostuvo que "parece que tiene un teléfono conectado directamente a la Casa Blanca".
Según Quispe, Morales prometió "intensificar la erradicación de los cultivos, como quiere Washington", y los indígenas no están dispuestos a "permitir más interferencias de Estados Unidos".
En ese sentido, anunció que convocará a una asamblea general de los movimientos sindicales para finales de marzo próximo y que "luego comenzarán las acciones de desestabilización". (EFE)