El gobierno de Bolivia firmó un acuerdo con el Colegio Médico para poner fin a una huelga del sector, que se ha extendido por 53 días, contra un decreto que incrementa su jornada laboral de seis a ocho horas y cuya aplicación sigue en suspenso.
El ministro de Gobierno, Carlos Romero, y el presidente de los médicos, Alfonso Barrios, suscribieron el convenio, que ratifica una decisión anterior del gobierno de dejar en suspenso la aplicación del decreto. De todas formas, esto no fue suficiente, por lo que los médicos presentarán demandas contra el mismo en tribunales nacionales o internacionales.
Los especialistas, con el apoyo de los trabajadores de hospitales y de los universitarios de las facultades de Medicina, exigían a Morales la derogación de esa norma que detonó el conflicto a fines de marzo, lo que finalmente no fue logrado.
Barrios señaló que un 90 por ciento de las asociaciones de médicos aceptaron el convenio y que el resto, entre ellas la de La Paz, que es una de las más grandes del país, respetó la decisión mayoritaria.
El acuerdo también establece que el gobierno dejará sin efecto las demandas judiciales contra los médicos y universitarios que causaron disturbios en las últimas semanas y no descontará sus sueldos por los días no trabajados, a cambio de que los repongan durante sus vacaciones.
Romero señaló que el Gobierno está satisfecho porque se puso fin al conflicto que, en su criterio, ha descubierto la necesidad de realizar un debate más profundo sobre la realidad de la salud en Bolivia, situación que se analizará durante una reunión en junio.