Fabrice Delloye, ex marido de la rehén de las FARC, pidió a la comunidad internacional cerrar filas en torno a la labor que realizan Sarkozy y Chávez.
Familiares de Ingrid Betancourt, en poder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), pidieron que no se baje la guardia tras la liberación de dos cautivas, en esta "carrera contra la muerte" de la rehén colombo-francesa, retenida desde hace seis años y en un delicado estado de salud.
"Hemos franqueado una etapa" con el rescate de Clara Rojas y Consuelo González de Perdomo, pero no podemos "bajar los brazos", declaró en una concurrida rueda de prensa en París el ex marido de Betancourt, Fabrice Delloye.
El "estado físico" de la ex candidata presidencial "debe incitar a todas las partes" a actuar, porque la "urgencia es extrema"; y "el diálogo" entre el presidente colombiano, Alvaro Uribe, y las FARC "debe reanudarse", recalcó Delloye.
La puesta en libertad de las dos rehenes es una prueba de que el "tono" entre el presidente venezolano, Hugo Chávez, y Uribe, "se ha suavizado", dijo el ex diplomático, quien instó a dar continuidad a "esta voluntad de reconciliación".
Puesto que ha sido el "papel primordial" que ha desempeñado el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y "la mediación" de Chávez lo que han posibilitado este "gesto unilateral" de las FARC, Delloye reclamó a la comunidad internacional que "se movilice" en torno a estos dirigentes.
En tanto, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Bernard Kouchner, alentó a los presidentes de Venezuela y Colombia a seguir cooperando para lograr la liberación de los otros rehenes de las FARC, incluida Betancourt.
Hay que "mantener la presión" para continuar la labor, "que ahora se apoya en el conjunto de los jefes de Estados latinoamericanos y la opinión pública mundial", afirmó Kouchner.
"Espero y quiero creer que eso va a dar resultados en los días venideros", agregó el jefe de la diplomacia francesa, para quien la liberación de Rojas y González de Perdomo "abre perspectivas" y es "un gesto positivo" hacia la de Ingrid Betancourt y los otros rehenes. (EFE)
