Francia situó este año el tradicional desfile militar de su fiesta nacional bajo el signo de la "pasión": la de los militares al servicio del país, en un día que la nación evoca el 14 de julio de 1789, cuando, con la Toma de la Bastilla, se inició el proceso revolucionario que cambiaría los ideales de la Humanidad.
Por ello, este año no hubo tropas extranjeras invitadas, como fue en 2005 Brasil o en 2004 Reino Unido, en el tradicional desfile por la explanada que va desde el Arco del Triunfo hasta la Plaza de la Concordia, a lo largo de la avenida de los Campos Elíseos de la capital francesa.
Como preámbulo a la marcha, el presidente francés, Jacques Chirac, fue acogido a los pies del Arco del Triunfo por el jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Henri Bentégeat, junto a quien descendió en vehículo descubierto los Campos Eliseos para instalarse en el palco de honor de la Plaza de la Concordia.
Desde allí Chirac, acompañado por los miembros del Gobierno escucharon, entre otros, los "Cantos de los Partisanos", los cantos de la Resistencia francesa a la ocupación nazi y la Marsellesa, el himno nacional francés.
Esos cantos fueron entonados por 312 jóvenes militares, menores de 25 años y la mitad mujeres, que ensalzaron los valores de la República -igualdad, libertad y fraternidad- con esas canciones y pancartas.
El desfile comenzó a las 10:30 horas (08:30 GMT) con el vuelo tradicional de la Patrulla de Francia, con sus nueve Alphajet, que dibujaron en el cielo despejado de París los colores de la bandera francesa: azul, blanco y rojo.
A los Alphajet les siguieron unos 60 aviones militares, entre ellos cinco Rafale.
Inmediatamente después arrancó la parada militar, con 3.380 oficiales, y en la que este año tuvieron especial protagonismo los cazadores alpinos, al tiempo que desfilaron, por primera vez, los reservistas de la Gendarmería.
Tras tres años de ausencia, volvieron otra vez los carros de combate Leclerc, que habían sido apartados por los daños que causaron en 2003 en el pavimento de la capital francesa.
Como el año pasado, el desfile se desarrolló bajo alta protección y unos 5.000 policías y gendarmes fueron movilizados con la consigna de incautar todo objeto susceptible de alterar el orden.
Según una encuesta efectuada en junio pasado por BVA para el Ministerio de Defensa, el 87 por ciento de los franceses tiene una "buena" o "muy buena" imagen de sus fuerzas armadas.
Una década después de su profesionalización, el 59 por ciento de la población lamenta la supresión del servicio militar obligatorio, según otro sondeo publicado por la revista Valeurs actuelles.
Ahora, el 46 por ciento de los franceses es favorable a la creación de un servicio civil obligatorio, según la misma encuesta.
El jueves 13 de julio, en la víspera del desfile, Chirac se comprometió a que la ley de Programación Militar para 2007 sea respetada y rindió un homenaje "particular" a la ministra de Defensa, Michele Alliot-Marie, la primera mujer al frente de ese departamento, por su "talento, perseverancia y entusiasmo".
Alliot-Marie defiende que el presupuesto de Defensa aumente 0,5 puntos, hasta el 2,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). (EFE)