El ex presidente iraquí Sadam Husein, otros cuatro acusados y los juristas de la defensa boicotearon la novena sesión del juicio contra la plana mayor del depuesto régimen, celebrada este miércoles en la amurallada "zona verde", en el oeste de Bagdad.
La ausencia de cinco de los ocho acusados y de los abogados ha aumentado el caos en el que está sumido el proceso desde que comenzó el 19 de octubre, y que ha dado lugar a la dimisión a principios de enero del juez del Tribunal Especial Rezgar Amín.
La novena sesión se celebró con al menos dos horas de retraso después que el recién nombrado jefe del tribunal, el kurdo Rauf Abdelrahman, decidiera reunirse antes, a puerta cerrada, con los otros cuatro jueces de la corte y los rebeldes abogados de la acusación.
Según fuentes judiciales, tras esa reunión, Abdelrahman se mantuvo firme y nombró a otros letrados para defender a los acusados en sustitución de los miembros de la defensa que pretenden boicotear el juicio.
El tribunal comenzó a escuchar el testimonio de una de las habitantes de la aldea de Al Dujail, que aseguró a los jueces haber sido detenida y torturada junto con varios miembros de su familia por los servicios secretos del derrocado régimen.
Sadam y sus siete colaboradores son juzgados por la matanza de 148 civiles chiitas de esa aldea, al norte de Bagdad, tras un supuesto intento de asesinato contra el depuesto líder iraquí en 1982.
La reanudación del proceso coincide con una creciente tensión surgida desde que en la sesión del domingo 29 de enero el juez expulsara a cuatro de los acusados, encabezados por Barzan al Tikriti, hermanastro de Sadam y ex jefe de los servicios secretos.
En protesta por esta medida, los miembros de la defensa se retiraron del tribunal, seguidos por el propio Sadam, quien calificó el tribunal de "ilegal" por haber sido "creado por los estadounidenses".
Los abogados de la defensa emitieron este miércoles un comunicado en el que condicionaron su asistencia al proceso a la renuncia de Abdelrahman, al que acusaron de intentar "acallar y atar las manos" a los letrados.
"No queremos que nuestra comparecencia ante el tribunal legalice lo que es ilegal, ni deseamos participar en una sentencia previamente preparada", expresó el comunicado.
"Por eso, el equipo de la defensa decidió por unanimidad no acudir a las sesiones del tribunal hasta que vea aplicados los requerimientos para un juicio justo y transparente", añadió.
La tensión aumentó en el proceso cuando el domingo 29 el nuevo juez exigió que los acusados respeten el sistema del Tribunal Especial y eviten pronunciar discursos políticos durante el juicio.
Barzan al Tikriti protestó contra esa exigencia y acusó al juez de tratar a los acusados como si estuvieran en un tribunal militar y no civil, discusión que terminó con la expulsión del hermanastro de Sadam de la sala.
La firmeza del nuevo juez ha sido el centro de varios comentarios de analistas y expertos judiciales árabes entrevistados por canales como el qatarí Al Jazeera, que opinaron que Abdelrahman mostraba más tolerancia hacia los testigos que hacia los acusados. (EFE)