Padres de "Maddie" confesaron haber sentido miedo al ser declarados sospechosos
Kate y Gerry aseguraron que nada en el proceso indica que la niña está muerta.
Son las primeras declaraciones de los McCann después del cierre del caso.
Kate y Gerry aseguraron que nada en el proceso indica que la niña está muerta.
Son las primeras declaraciones de los McCann después del cierre del caso.
Los padres de la niña británica desaparecida en Portugal declararon que tuvieron "miedo" de que pudieran ser arrestados y por eso decidieron "regresar a casa", según adelanta el semanario Expresso, en un vídeo en su página digital.
En la primera entrevista después de que fue archivado el caso, el padre de Madeleine, Gerry McCann, comenta que "no hay nada en el proceso" que pruebe la tesis de que Madeleine "está muerta" y aboga porque prosigan las investigaciones.
Sin embargo, medios lusos informaron el pasado 7 de agosto de que el matrimonio McCann y los amigos con los que pasaban las vacaciones en Portugal cuando desapareció su hija Madeleine, el 3 de mayo de 2007, rechazaron realizar la reconstrucción de los hechos ante el miedo de ser acusados de negligencia por dejar sola a la niña.
En unas declaraciones publicadas ese día por Jornal de Noticias, el portavoz de los McCann, Clarence Mitchell, indicó que los abogados aconsejaron a los médicos británicos que no se desplazasen a Portugal a participar en esta iniciativa, organizada por la Policía Judicial (PJ) lusa.
El matrimonio confesó que vivieron "una situación de gran susto" cuando las autoridades judiciales los acusaron como sospechosos en el caso de la desaparición de la hija ("arguidos", según la terminología lusa) y que por eso decidieron regresar al Reino Unido.
La madre de la niña consideró, según la entrevista, que "nada podían hacer" las autoridades para evitar la partida, que se produjo el 9 de septiembre de 2007.
En aquel momento, varios analistas comentaron que la partida contribuía a sumir la investigación sobre la desaparición de la niña en un mar de ambigüedades.
Kate y Gerry McCann, que la policía portuguesa consideraba relacionados con la muerte accidental y el ocultamiento del cadáver de su hija, negaron las acusaciones y aseguraron haber abandonado Portugal con el consentimiento de sus autoridades.