El Papa defendió el valor "insustituible" de la familia tradicional en su primer viaje a España, uno de los cuatro países del mundo donde están legalizados los matrimonios entre homosexuales.
En medio de una gran expectación, Benedicto XVI llegó a Valencia, la tercera ciudad española con cerca de un millón de habitantes, y ya en su primer y breve discurso en el aeropuerto de Manises subrayó "el papel central que para la iglesia y la sociedad tiene la familia fundada en el matrimonio".
Ese mensaje, que hace hincapié en el fortalecimiento de la familia católica como "esperanza de futuro", se perfila como el eje de sus intervenciones durante las poco más de 24 horas de estancia en España para clausurar el V Encuentro Mundial de las Familias.
La alocución del Pontífice en el aeropuerto fue hecha ante los Reyes de España y el presidente del Gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, con quien reunirá este sábado, pues el político decidió no asistir mañana domingo a la misa al aire libre que celebrará el cardenal.
Las relaciones entre España y el Vaticano entraron en una fase de mayor calma, tras la fuerte tensión propiciada por la ley que regula los matrimonios entre personas del mismo sexo y la atribución de un papel secundario a la enseñanza de la religión católica en las escuelas, una vez que los socialistas llegaron al poder el 14 de marzo de 2004, tras dos legislaturas de Gobierno conservador.
En el Vaticano, como no ocultan altos cargos de la Curia, existe el temor de que caso español pueda servir de ejemplo a los países latinoamericanos, sobre todo con el auge de los gobiernos de izquierda y la presión proselitista de las iglesias evangélicas.
De ahí que a la visita de Benedicto XVI a España se le haya dado una gran importancia, más aún cuando se trata de clausurar un encuentro dedicado a las familias de todo el mundo con una presencia masiva que se calcula en más de un millón de peregrinos.
El viaje del Papa a Valencia se ha visto mediatizado por el accidente que el pasado lunes causó 42 muertos al descarrilar el metro y su agenda lo ha tenido especialmente en cuenta.
Su primera parada en el recorrido desde el aeropuerto hasta el centro de la capital valenciana fue para rezar por los fallecidos en la misma boca del metro de la estación donde se produjo el siniestro, llamada casualmente de Jesús. (EFE)