Cerca de 30 armas de fuego y 2.500 municiones fueron encontrados en el domicilio del imputado.
Dentro de las pertenencias se encontró proyectiles de guerra.
El individuo arriesga hasta 15 años de presidio efectivo.
Personal de la Policía de Investigaciones de Rancagua en conjunto con la Fiscalía Regional de O'Higgins detuvo a un sujeto de 65 años, quien mantenía una armería clandestina en la localidad de San Vicente.
En el domicilio del individuo, el cual no contaba con los permisos necesarios para funcionar como armero, se encontraron más de 30 armas y escopetas y cerca de 2.500 municiones, entre ellas, proyectiles de guerra.
El detenido se dedicaba a comprar, vender y refaccionar armas de fuego, las cuales distribuía en su inmueble. La distribución de los productos los realizaba sin solicitar ningún tipo de antecedentes del comprador.
"Él funcionaba como armero clandestino, no contaba con las autorizaciones previas para realizar y ejecutar este oficio. Además, él recibía armas de cualquier persona y no consultaba sobre algún antecedente de ellas. Hay revolver, pistolas, escopetas y munición de guerra", comentó el jefe de la Brianco de Rancagua, comisario Julián Espinoza.
Por su parte, el fiscal Alberto González comentó que "el delito por el cual fue imputado el sujeto es tráfico de armas. Este tipo penal es novedoso en nuestra región, toda vez que las investigaciones de esta materia terminan con delitos como porte o tenencia ilegal de arma de fuego, por lo cual es una conducta más grave".
"Según los registros nuestros, él sujeto trabajó como armero en Gendarmería hacía bastantes años", añadió el persecutor.
El detenido quedó en prisión preventiva, mientras que según indicó el Ministerio Público, el imputado se expone a penas entre los cinco y 15 años de presidio efectivo.
