Científicos del Instituto Antártico Chileno (Inach) y personal de la Armada de Chile concluyeron una misión de casi un mes para investigar el origen del continente blanco.
Tras haber navegado 7.095 kilómetros durante 28 días de travesía, el buque "Aquiles" regresó a Valparaíso concluyendo así una expedición que tuvo como objetivo dar apoyo logístico al Instituto Antártico Chileno (INACH) para el desarrollo de proyectos científicos que pretenden revelar el origen y evolución del continente antártico.
El islote Isabel Riquelme, la bahía Fildes, el cabo Shirreff, las penínsulas Coppermine y Byers, y las islas Smith, Low y Doumer fueron los ocho puntos geográficos de la Antártica donde llegó esta misión, integrada por 76 científicos y personal logístico que trabajaron en diversos sectores recogiendo muestras para su posterior análisis en laboratorio.
Acerca de las investigaciones realizadas, la coordinadora científica del INACH, Paulina Rojas, explicó que "el buque Aquiles permitió una larga estadía para que los investigadores pudieran ejecutar la fase marítima de la Expedición Científica Antártica", que esta temporada del verano austral celebró su 52ª edición.
Equipo multidisciplinario
A bordo del buque "Aquiles" convivieron durante 28 días investigadores de distintos niveles de experiencia en ciencia antártica y estudiantes de pregrado y posgrado de Chile y otros países.
El geólogo, Joaquín Bastías, quien realiza estudios de doctorado en la Universidad de Ginebra (Suiza) y su equipo asumieron la misión de descifrar el origen del continente helado, a través de la edad y temperatura de las rocas.

Bastías explicó que su trabajo aborda un paradigma no resuelto por la ciencia acerca del estado en que se encontraba el continente sudamericano y la península antártica.
"Sabemos que los continentes estuvieron unidos, pero se desconoce con precisión si estaban conectados al oeste, este o sur de la Patagonia, y también de dónde procede la península antártica como bloque continental".
"Pero nuestro interés -agregó- no es solo aportar al conocimiento paleogeográfico (rama que estudia la disposición de los continentes), sino además establecer la forma en que los procesos tectónicos influyen en la diversificación de las especies y en los cambios climáticos a largo plazo, es decir en la teoría evolutiva", finalizó.