Sustancias extraídas del veneno de sapo puede combatir el mal de Chagas
Investigadores buscan sintetizar las moléculas para desarrollar fármacos que puedan usarse en seres humanos.
Investigadores buscan sintetizar las moléculas para desarrollar fármacos que puedan usarse en seres humanos.
Un grupo de investigadores brasileños consiguió aislar en el veneno de un sapo dos moléculas que mostraron ser eficaces para eliminar los parásitos que transmiten la leishmaniasis y el mal de Chagas, dos de las enfermedades que más castigan a Latinoamérica.
"Son moléculas que podrán ser usadas en prototipos farmacéuticos, es decir, que servirán como base para sintetizar en laboratorio nuevas moléculas que pueden ser utilizadas en medicinas contra ambas enfermedades", dijo este viernes el farmacéutico André Tempone, investigador del Laboratorio Adolfo Lutz y coordinador del proyecto.
Los dos esteroides fueron aislados de una secreción venenosa de la piel del sapo Rhinella jimi, conocido popularmente en Brasil como el sapo-cururú.
Las pruebas en laboratorio mostraron que los esteroides tienen gran funcionalidad para, sin causar daños a células de mamíferos, destruir la leishmania y el Trypanosoma cruzi, respectivamente, los parásitos que transmiten la leishmaniasis y el mal de Chagas.
"Nuestro próximo paso será intentar sintetizar esas moléculas (producirlas en laboratorio), para desarrollar compuestos análogos (sustancias con la misma estructura química, pero con pequeñas modificaciones), es decir, producir en laboratorio sustancias más puras con la misma funcionalidad", explicó Tempone.
Según el investigador, una vez sintetizadas las moléculas, será posible efectuar pruebas en laboratorio para determinar si tienen la misma eficacia para destruir los parásitos sin afectar otros tejidos, y posteriormente llevar a cabo las pruebas en animales.
La leishmaniasis, que afecta a dos millones de personas cada año en el mundo y la enfermedad parasitaria más mortal después de la malaria, es endémica en 88 países, de los cuales 72 en desarrollo, y su variedad visceral es especialmente grave en Brasil, Nepal, Sudán e India.
El mal de Chagas es endémico en toda América Latina, en donde unas 25 millones de personas han sido afectadas.