Por Héctor Parraguirre Jara
Fernando González (9º), el enorme tenista que le brindó dos semanas inolvidables a Chile, cayó ante el mejor en la final del Abierto de Australia. Ante un semidiós, un jugador perfecto, el suizo Roger Federer (1º), la principal raqueta nacional se inclinó por 7-6 (2), 6-4 y 6-4, sin poder cumplir su sueño de ganar un Grand Slam.
Y es que tal vez con Federer es el único con el que no se peca de exagerado al calificarlo. Si el chileno, en su nivel máximo, botando como palitroques a astros como el local Lleyton Hewitt (19º), el estadounidense James Blake (5º) y el español Rafael Nadal (2º) y mostrando un gran rendimiento en el partido decisivo, no pudo quedarse con la corona, es porque a este tipo no hay con qué darle.
González puso todo lo que tenía en el cemento del Rod Laver Arena y le dio serios problemas al helvético, sobre todo en el primer set. Pero ante el mejor no se puede pestañear, no se puede dejar pasar una oportunidad, porque éste no da muchas, y el santiaguino lo hizo.
En la manga inicial intercambiaron golpes de ensueño, pero Federer cometió algunos errores poco usuales. Era el momento de quebrar y el de La Reina lo aprovechó en el noveno game, quedó 5-4, justo para servir por el primer capítulo.
¿Cuál fue el problema? Que González dejó escapar dos puntos de set y le abrió la ventana al europeo, que, obviamente, se metió con todo y rompió de vuelta.
El parcial se fue al tie break y ahí Federer fue implacable: 7-2 y el camino cuesta arriba para el chileno.
Desenlace conocido
Generalmente, cuando al número uno le dan dura pelea o le ganan un set, reacciona "furioso" y le pasa por encima a sus rivales. Ante González no fue una paliza, pero sí un triunfo impecable.
El nacional no volvió a tener las opciones de la primera manga y aunque mantuvo un gran nivel, Federer se las ingenió para quebrar siempre cuando tuvo una ventanita. Lo hizo en el octavo juego del segundo capítulo cuando ambos parecían firmes con su servicio.
Eso le bastó para un 6-4 y repitió la fórmula en el séptimo game del tercer set para liquidar los sueños del pupilo de Larry Stefanki, pues luego cerró con idéntico marcador el episodio y el match.
Federer rompió otro hito, pues desde 1980 que un jugador no ganaba un Grand Slam sin perder un solo set, cuando lo logró el sueco Bjorn Borg en Roland Garros.
Fue el tercer trofeo del suizo en Melbourne y el décimo en los torneos más importantes.
¿El consuelo para González? Muchos, está en el mejor momento de su carrera y eso le augura una gran temporada, llegó a su primera definición de un major y si eso no basta, será desde este lunes el número cinco del mundo. Como para estar contentos. (Cooperativa.cl)