Santana puso música y un mensaje a favor de las minorías.
Roger Hodgson cerró con clase la primera noche con humor.
Leonardo Farkas se dio un gusto y puso al certamen a su servicio.
 |
| Santana en vivo. (Foto: Gonzalo Araya) |
Santana se prodigó en virtuosismo para entregar cerca de una hora y 45 minutos de música, con éxitos del rock and roll como "Black magic woman" o "Oye como va", de la mano del sentimiento latino que corre por la sangre del mexicano que tiene más facilidad con el inglés que con el idioma de sus antepasados.
El guitarrista se paseó por diferentes ritmos ante una agradecida Quinta Vergara que, en la práctica, funcionó como un concierto y no como un festival, porque pidió más y más y terminó pifiando -aunque no con virulencia- hasta varios minutos después de que el intérprete de "Smooth" había regresado a su camarín.
El cierre de la tercera noche, de madrugada, estuvo a cargo de otro artista legendario, también angloparlante, y quien tal como Santana mostró una calidad que sólo la conjunción de genialidad compositiva y experiencia en los escenarios permiten.
Los mejores éxitos de Supertramp tuvieron en su voz original, Roger Hodgson, el mejor de los arribos a Viña, sobre todo por la tranquilidad y calidez que trasmite el británico, sorprendido por la energía del público ya pasadas las 02:00 horas.
Así, quienes crecieron con esa mezcla de rock, virtuosismo y melodía tuvieron la oportunidad de deleitarse con "Dreamer, "It's raining again", "Breakfast in America" o "Logical song", o la misma "School", cerca de las 03:30 horas.
El regreso del humor cumplió, y Farkas...
Aunque era la tercera noche de Festival, fue la primera para el humor, y en ella Dinamita Show consiguió un importante éxito, mas no arrollador como antaño, quizás porque el tiempo no pasa en vano y también porque cerrar una buena rutina con una canción no es la mejor opción.
Mauricio Medina y Paul Vásquez recurrieron a chistes sobre sus propias historias de vida para enganchar a la Quinta, que premió con dos antorchas y una Gaviota la capacidad de "el Flaco" y "el Indio" de reírse de sus enfermedades, problemas legales e incluso el consumo de drogas.
Sin embargo, el histrionismo de Vásquez, conducido por Medina, tuvo un mal cierre, con la inclusión del personaje festivalero de 2009, Leonardo Farkas, como eje del diálogo.
Sin canción final, la actuación habría tenido un cierre más redondo, sólido y acorde con lo que presentaron en gran parte de su tercer paso por la Quinta Vergara.
Y lo de Farkas fue, sencillamente, extraño. Asegura que amasó su fortuna actuando como "hombre orquesta" en Estados Unidos, pero en el escenario mostró efectivo dominio de teclados pero escasa voz, lo que sumado a algunos problemas técnicos transformó su "actuación" en una especie de número de variedades sacado de un estelar de los años 80.
Más de alguien comentó que como artista es un muy buen empresario, pero es claro que el espíritu de la Antorcha de Plata no es reconocer las cualidades financieras.
