Un tribunal de Rottweil rechazó la tesis de la defensa.
La mujer argumentó que pensó que la niña estaba ya muerta.
La Audiencia de Rottweil, en el sur de Alemania, condenó a tres años y medio de cárcel a una mujer, de 21 años, que mató a su bebé, una niña recién nacida, al meterla en un congelador.
La procesada confesó que introdujo a la criatura en el frigorífico y alegó que lo hizo pensando que estaba muerta, pero el tribunal no creyó esta versión y consideró que simplemente había querido deshacerse del bebé.
La mujer explicó asimismo a lo largo del juicio que ni siquiera se había dado cuenta de que estaba embarazada, hasta que tuvo las contracciones.
Tras dar a luz a la niña, en mayo de 2008, la metió en una bolsa de plástico y luego en el refrigerador; y según la autopsia, el bebé falleció media hora después del nacimiento por asfixia.
La audiencia observó como atenuante las dificultades por las que pasaba la mujer, ya que su novio, de 31 años, le había exigido que no tener hijos.
El hombre, presunto neonazi, era conocido por su carácter violento y ello precipitó el ataque de pánico de la acusada, quien además sufría una gran dependencia emocional de su compañero.
