Gobierno alemán aprobó las leyes para llevar a cabo el apagón nuclear
La nueva ley nuclear estipula un apagó escalonado terminando el 2022.
Construcción de las nuevas redes de alta tensión se acelerará al máximo.
La nueva ley nuclear estipula un apagó escalonado terminando el 2022.
Construcción de las nuevas redes de alta tensión se acelerará al máximo.
El Gobierno de la canciller federal, Angela Merkel, aprobó un conjunto de proyectos de ley cuyo fin último es acabar con la energía atómica en 2022, pero que prevé también, entre otras cosas, el fomento de las energías renovables o la construcción de nuevas redes de alta tensión.
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Es la primera vez que un Gobierno federal presenta un proyecto energético tan amplio", dijo el ministro federal de Medio Ambiente, Norbert Röttgen, quien habló de "hito para el desarrollo económico y social de Alemania" y "un proyecto social pionero" que conlleva el apagón nuclear "irrevocable".
El titular de Economía, Philipp Rössler, comentó que todas las reformas e iniciativas legales en materia energética están relacionadas entre si, ya que el fin de la era nuclear no es posible sin acelerar la construcción de nuevas redes de suministro y plantas ecológicas de producción eléctrica.
En ese sentido explicó que la construcción de las nuevas redes de alta tensión se acelerará al máximo y se llevará a cabo en cuatro años en vez de en los 10 previstos inicialmente, tras recordar que la compatibilidad medioambiental, la seguridad del suministro y las posibilidades reales de financiación han sido los tres criterios seguidos para aprobar el paquete legislativo.
A su vez, el ministro federal de Transportes e Infraestructuras, Peter Ramsauer, declaró que el paquete de leyes incluye subvenciones por valor de 1.500 millones de euros anuales para la renovación ecológica de edificios, ya que estos consumen, junto a los automóviles, "el 70 por ciento de la energía primaria".
Durante una reunión extraordinaria del consejo de ministros se sancionó la reforma de la legislación nuclear que trae consigo también la clausura definitiva de los ocho reactores que fueron desactivados tras la catástrofe de Fuskushima y fomentar la construcción de nuevos parques eólicos, así como la renovación de los existentes con generadores de mayor rendimiento.
La nueva ley nuclear estipula, tras el cierre definitivo este año de los ocho primeros reactores, ir apagando de manera escalonada los nueve restantes, el primero de ellos en 2015 y los tres últimos en 2022.