Civiles fueron la mayoría de las víctimas fatales de los ataques de este martes dirigidos principalmente contra fuerzas de seguridad.
Al menos 35 personas, en su mayoría civiles, murieron este martes y otras 45 resultaron heridas en diferentes ataques y atentados perpetrados por la insurgencia en Irak.
El mayor número de víctimas mortales se produjo en un ataque con armas ligeras y un atentado con autobomba posterior, en el que 14 civiles perdieron la vida y 33 resultaron heridos en el barro de Al Shaab, en el noroeste de Bagdad.
Según fuentes de la policía un grupo de pistoleros disparó y mató a cinco guardias de seguridad de un garaje. Tras el atentado, varios civiles se agruparon alrededor de los cadáveres y, al llegar la policía, estalló un autobomba, que causó la muerte de otros nueve civiles.
También en Bagdad, al menos otros cuatro civiles que trabajaban en un cuartel de las fuerzas conjuntas estadounidenses-iraquíes murieron y siete resultaron heridos en un ataque de la insurgencia contra el vehículo en el que regresaban a sus casas.
Según fuentes de la policía iraquí, un grupo de hombres armados atacó el microbús en el que viajaban los trabajadores, cerca de una zona conocida como Yazira Bagdad, en el norte de la capital.
En el sur de la capital un grupo de insurgentes acribilló y acabó con la vida de seis civiles en una zona conocida como Abu Dshair, según fuentes de seguridad que señalaron que los motivos sectarios podrían constituir móvil del crimen.
Desde que el 22 de febrero un atentado con bomba destruyó una de las cúpulas de un mausoleo chiita en la ciudad de Samarra, 125 kilómetros al norte de Bagdad, una ola de violencia entre las dos ramas del Islam ha acabado con la vida de cientos de personas.
Por otro lado, tres soldados estadounidenses murieron este martes en sucesos separados por la explosión de dos bombas, según informó el Ejército estadounidense.
Dos uniformados perdieron la vida en la localidad de Balad, a 80 kilómetros al norte de Bagdad, mientras que un tercero murió en el sur de la capital cuando un artefacto explosivo detonó al paso del auto en el que viajaba.
Además, el portavoz del ministerio de Interior informó del hallazgo de 21 cadáveres, la noche del lunes, en distintos lugares de la ciudad.
En Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar y feudo de la insurgencia sunita, al menos ocho personas murieron y otras nueve resultaron heridas en enfrentamientos librados entre fuerzas estadounidenses e insurgentes, según el canal de televisión por satélite qatarí, Al Jazeera.
El Ejército iraquí informó, también, del arresto de 49 presuntos terroristas en las últimas 24 horas en varias partes de Irak, principalmente en Kirkuk, la ciudad petrolera del norte del país que se disputan kurdos y árabes.
La nueva jornada de violencia coincide con la reanudación del juicio contra Sadam Husein y siete ex altos cargos del anterior régimen, acusados de estar implicados en el ajusticiamiento de 148 chiitas que fueron encontrados culpables en 1983 de haber participado un año antes en un magnicidio fallido contra Sadam en la localidad de Duyail.
El proceso, reanudado el lunes 15 de mayo después de haber estado tres semanas suspendido, celebró este martes su sesión 25 en la que Sadam, su hermanastro Barzan Ibrahim al Hasan, y el ex vicepresidente de Irak, Taha Yasin Ramadan, no comparecieron ante el tribunal.
Al final de la sesión, en la que varios testigos de la defensa presentaron sus testimonios, el presidente del tribunal, el kurdo Rauf Abdelrahman, anunció que el juicio se reanudará el miércoles. (EFE)
