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Bomberos aún luchan contra las llamas al norte de Londres

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Autor: Cooperativa.cl

En el incendio causado por las explosiones registradas en el mayor centro de combustibles del Reino Unido el pasado domingo trabajan cerca de 150 bomberos.

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Los bomberos aún luchan a marchas forzadas para apagar el incendio producido el pasado domingo por varias explosiones en un centro de combustible al norte de Londres.

 

Unos 150 bomberos tratan de sofocar las llamas que han arrasado el depósito de carburante de Buncefield, el quinto más grande del

Reino Unido, un día después de que ocurriera el suceso, que causó heridas a 43 personas, dos de ellas en estado grave.

 

Poco después del mediodía de este lunes, diez de los veinte tanques de combustible afectados por el fuego habían sido apagados, confirmó un portavoz de Cuerpo de Bomberos del condado Hertforshire.

 

Esos focos del incendio se sofocaron mediante un complejo operativo consistente en el bombeo de 32.000 litros de agua mezclada con espuma a presión por minuto.

 

"Hay buenos avances. La próxima hora será crucial. De momento, la espuma a presión ha funcionado", comentó el citado portavoz.

 

Por ahora, la Policía analiza la hipótesis del accidente como posible causa del fuego y ha recalcado que "no hay nada que sugiera" otro motivo, como la posibilidad de un atentado terrorista, como se temió en un principio.

 

Según las fuerzas de seguridad, sólo un milagro impidió que la cadena de explosiones que originó el incendio, que llegó a oírse en lugares tan lejanos como Holanda, causara un gran número de víctimas mortales.

 

El jefe del Cuerpo de Bomberos de Hertfordshire, Roy Wilsher, subrayó este lunes que sus hombres trabajan en unas condiciones "muy duras" para apagar "el mayor fuego al que se han enfrentado el Reino Unido y Europa" desde el final de la II Guerra Mundial (1939-1945).

 

"Nos hallamos en un territorio desconocido", insistió Wilsher, quien calificó el incendio de "apocalíptico".

 

El virulento fuego empezó a primera hora de la mañana del domingo y obligó a evacuar a unas 2.000 personas que residen cerca del centro de Buncefield, al tiempo que provocó una gigantesca nube de humo negro que cubrió gran parte del sur de Inglaterra.

 

Algunos evacuados han sido autorizados a regresar a sus hogares, si bien la Policía ha recomendado a la población de la zona que permanezca en sus casas con las ventanas y las puertas cerradas.

 

Además, unas setenta escuelas de la zona no abrieron este lunes sus puertas y una autopista se ha cerrado al tráfico como medida de precaución.

 

Aunque los expertos aseguran que el humo es, en el peor de los casos, de muy baja toxicidad, el hecho de que se haya recomendado a los vecinos de las localidades próximas encerrarse en sus casas y no abrir puertas ni ventanas ha provocado cierta inquietud.

 

El humo es irritante y puede causar escozor en los ojos y en algunos casos náuseas, si bien las personas con problemas respiratorios son, en cualquier caso, las más expuestas, ya que pueden sufrir ataques de asma, según las autoridades sanitarias.

 

Veinte depósitos de combustible, cada uno de los cuales con capacidad para 13,5 millones de litros, han sido pasto de las llamas.

 

Las instalaciones de Buncefield, copropiedad de los gigantes petroleros Texaco y Total, suministran combustible a los principales aeropuertos que sirven a la capital británica, entre ellos el de Luton, a sólo 16 kilómetros, y el más lejano de Heathrow.

 

Total ha habilitado una línea especial de teléfono para ayudar a aquellas personas cuyas casas han sufrido daños como consecuencia de las explosiones que originaron el incendio.

 

Un portavoz de la petrolera francesa también ha negado que se hayan producido fugas de combustibles en los días previos al desastre, tal y como aseguraban algunos medios informativos. (EFE)

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