El grupo extremista somalí vinculado a la organización Al-Qaeda, Al-Shabab, celebró los atentados con bombas que causaron en Kampala 64 muertos entre personas que veían por televisión la final del Mundial de Fútbol 2010, aunque no asumió la responsabilidad por los mismos.
"No
hablaré de quien es responsable, pero puedo decir que estoy 'caminando en las nubes' de alegría y que el próximo punto sangriento será Buyumbura (la capital de Burundi)", dijo a EFE uno de los máximos líderes militares de Al-Shabab, Sheikh Yusuf Hagi Essa Ahmed, conocido también como "Kabakudukade".
Uganda y Burundi son los únicos países que aportan tropas a la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) en apoyo del Gobierno Federal de Transición (FTG) somalí, que cuenta con el respaldo de la comunidad internacional y al que Al Shabab intenta derrocar.
Al Qaeda envió a Somalia cientos de combatientes extranjeros en ayuda de Al-Shabab, que pretende también extenderse por otros países del este de Africa y crear un estado musulmán radical de corte wahabí.
"El pueblo somalí está llorando (debido a la guerra) y los ugandeses y burundeses también deben llorar", añadió "Kabakudukade".
Otros miembros y simpatizantes de Al-Shabab participaron, por su parte, en un diálogo por internet propuesto por otro de los líderes del grupo terrorista, Sheikh Hassan, quien reiteró los comentarios de su colega.
"Congratulaciones, estoy muy feliz de que los cuerpos de los infieles estén desparramados en Kampala, ese es el fruto de las semillas que las fuerzas ugandesas han sembrado en Mogadiscio", dijo Hassan, quien recalcó que "no estoy adjudicándonos responsabilidad hermanos y hermanas, pero sí que sus pérdidas (de Uganda) son nuestra ganancia".
Los cerca de 300 interlocutores de Hassan intercambiaron felicitaciones con él y algunos le preguntaron si sabía quien está detrás de los ataques en Kampala a lo que éste respondió "pregunten a las fuerzas de seguridad ugandesas o a (el presidente estadounidense Barack) Obama, que prometió ayudarlas".