La supuesta aplastante victoria de los partidos afines al presidente Hugo Chávez en las elecciones parlamentarias del pasado domingo 4 de diciembre, boicoteadas por la oposición, abrió una incierta etapa en las tareas legislativas del país y en la vida política venezolana.
Los partidos pro gubernamentales venezolanos coparon los 167 escaños de la Asamblea Nacional (AN) y proporcionaron a Chávez una mayoría absoluta, según datos de grupos oficialistas.
Esta nueva victoria electoral permitirá al gobernante venezolano adoptar cualquier política a través de la AN, sin otro freno que la Constitución.
El copo de todos los escaños por el oficialismo todavía no ha sido confirmado por el Consejo Nacional Electoral (CNE), de cuyo primer comunicado, la noche del domingo, sólo se concluyó que el índice de abstención fue del 75 por ciento, con el 79,1 por ciento escrutado.
En las elecciones municipales de agosto pasado, en las que participaron todos los partidos políticos, la abstención fue del 69,18 por ciento.
Todos los sondeos previos de los comicios del domingo apuntaban a que el oficialismo lograría al menos 130 escaños de la Asamblea, además de una alta abstención, que lideres opositores estimaban sería superior al 80 por ciento.
Cerca de 14,5 millones de venezolanos fueron convocados a las urnas para elegir a los 167 parlamentarios de la Asamblea Nacional, a 12 representantes en el Parlamento Latinoamericano y a cinco en el Parlamento Andino.
Se espera que este lunes, el CNE ofrezca resultados globales definitivos, ya el sistema de votación y escrutinio está automatizado.
El aplastante dominio de la fuerzas pro gubernamentales en el nuevo Parlamento fue propiciada por el boicot a última hora de los principales partidos de oposición, después de haberse comprometido a participar ante la Organización de Estados Americanos (OEA) y de la Unión Europea (UE).
Todos ellos argumentaron supuestas irregularidades en el sistema electoral, falta de transparencia en el proceso y parcialidad del poder electoral que los observadores internacionales no han avalado.
Los expertos de la OEA y la UE señalaron que el próximo martes presentarán un informe preliminar sobre el proceso venezolano que se complementará, posiblemente en enero, con el informe definitivo.
Representantes del Movimiento V República (MVR), el partido de Chávez, compararon la actitud de la oposición con la de un equipo que se niega a jugar una final y luego quiere reivindicar el triunfo.
William Lara, ex presidente de la Asamblea y directivo del MVR, dijo que ese agrupación obtuvo 114 escaños y que el resto será para partidos y personalidades independientes "que comparten el proyecto de cambio" que encabeza Chávez.
Los nuevos asambleístas tomarán posesión de los cargos el próximo 5 de enero para un periodo de cinco años que finalizará el 4 de enero de 2010.
Los primeros comentarios de los portavoces de la oposición indicaron que tratarán de hacer prevalecer la tesis de que la nueva Asamblea será legal pero no legítima.
"La nueva Asamblea podrá ser legal, pero no tiene legitimidad porque no representa a la mayoría de los venezolanos, ni siquiera a la mayoría electoral", dijo a la cadena de televisión Globovisión el secretario general de Acción Democrática (AD, socialdemócrata), Henry Ramos.
Sobre la pretendida ilegalidad del proceso coincidió la dirigente de la organización civil de oposición Súmate, María Machado, al afirmar que "nace una Asamblea Nacional herida de legitimidad".
Como respuesta, los representantes del oficialismo plantearon que casi ninguno de los cargos por elección que actualmente ocupan los opositores tuvo un respaldo porcentual de votos mayor al alcanzado por ellos y nadie cuestionó su legitimidad.
El presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), Omar Mora, advirtió el pasado viernes que la retirada de los opositores no restaría legitimidad a los resultados. (EFE)