Asesor económico de la cancillería hasta 1974, Sáenz justificó su salida del gobierno de Augusto Pinochet debido a las violaciones a las garantías constitucionales. "Me fui molestando, indignando y finalmente asqueando del problema de los derechos humanos y no quise tener nada que ver con un régimen que hacía eso", enfatizó.
"Creo que no era posible colaborar con el régimen en un nivel como el que nosotros estábamos sin darse cuenta de lo que estaba pasando. Ahora, que haya gente que no se haya dado cuenta o no haya querido darse cuenta, ese es otro cuento", agregó.
El actual presidente de la AFP Plan Vital señaló además que a diferencia de algunos ex colaboradores económicos de Pinochet, no tiene "una ecuación para cambiar puentes por vidas. Para mí la vida humana es sagrada. Violar los derechos humanos es algo que no tiene nunca justificación. No es cuestión de canjearlo por balanzas de pago, por puentes, por desarrollo. No hay ecuación para eso. por lo menos en mi moral no ha ecuación para eso".
La CIA no sacó a allende del poder, según Sáenz
Consultado respecto a una posible intervención del gobierno de Washington en la caída de Allende, Sáenz indicó que "los que se sacaron de encima el gobierno de Salvador Allende no fueron los norteamericanos, ni la CIA (Agencias Central de Inteligencia), ni nada. Fuimos nosotros".
"A mí me vuela de ira cada vez que oigo o leo libros, o veo cosas que dicen que la CIA botó a Allende. Qué va a votar la CIA. La CIA a lo mejor habrá aportado algo, pero si no hubiera existido en el pueblo chileno la voluntad de terminar con el régimen de Salvador Allende en forma abrumadoramente mayoritaria, no habría habido 11 de septiembre", añadió.
"Claro que hay intervenciones que entorpecen o ayudan determinados procesos internos, pero el mito de que una revolución del tipo de la que ocurrió en Chile es comprable desde afuera, no es más que el reflejo del complejo de inferioridad que tiene Chile", agregó.
En cuanto al desabastecimiento de bienes y alimentos, el ex líder empresarial indicó que el hecho que "haya aparecido mercadería que gente tenía escondida no es de extrañarse, porque está dentro de los lados negativos de la naturaleza humana".
"Pero una cosa sí puedo garantizar: ese acaparamiento no lo estaba haciendo para nada la empresa chilena ni la industria chilena, porque todas las grandes empresas, que en ese momento eran básicas para el abastecimiento estaban administradas por el Estado y por los propios miembros de la Unidad Popular", continuó.
Respecto de la figura de Salvador Allende, Sáenz señaló que su relación con el mandatario fue muy dura y antagónica "en el plano conceptual". Sin embargo, las relaciones humanas fueron muy cordiales, ya que "era un tipo extraordinariamente atractivo. El presidente Allende era un hombre encantador, cálido (...) pero una cosa no quita la otra. Ser una buena persona no significa ser un buen presidente. Y su Gobierno era, obviamente, un desastre".
