Primos, vecinos y compañeros de colegio son algunas de las personas que Rosa Quinillao Santibáñez, de 14 años, dejará de ver para siempre luego de la tragedia ocurrida el domingo 27 de noviembre en las aguas del Lago Maihue.
Rosa, alumna de octavo básico en la escuela de Llifén, viajaba en la barcaza que protagonizó el accidente y relató a Radio Cooperativa cómo vivió la hora y media que transcurrió entre las primeras alarmas y su rescate, luego de viajar a bordo de una nave a la que le entraba el agua y que era conducida por David Lara, que constantemente realizaba el viaje en estado de ebriedad.
Luego de partir desde Carrán en dirección a Puerto Maqueo, ya advirtieron el peligro que se avecinaba: "Nosotros veníamos en la mitad del lago y a cada rato estaba más fuerte el viento y las personas le decían a don David que se retire más afuera porque al centro estaba muy fuerte el viento. Y el caballero no hizo juicio".
"Nosotros nos pusimos a llorar, a gritar y todos desesperados porque no hallaban qué hacer. El caballero apagó el motor de la lancha y subió (el agua) a la lancha. Ahí empezaron todos a flotar, gritando por ayuda y el viento, a cada rato, estaba más fuerte".
La embarcación, como han afirmado otros testigos, presentaba serios desperfectos: "La lancha hace mucho tiempo que estaba en mal estado, estaba partida abajo y le empezó a entrar agua. El, lo que dijo, fue 'chicos, córranse para atrás' y nosotros nos empezamos a mover y más luego se empezó a hundir la lancha".
"La desesperación es muy grande, porque todos se quieren salvar y todos se empiezan a sujetar unos a otros, gritando. Había mucho viento y las olas pasaban encima de nosotros, nadie se podía ver, las cosas se desparramaron".
"A mí me sujetaban, no me querían soltar por nada del mundo, me tiraban del pelo porque me pedían ayuda y yo no podía", relató.
"Yo vi al caballero que trabajaba en la lancha. El no me quería soltar y el se murió riéndose, me miró y se rió y se hundió, no me quería soltar. Y vi a varias personas que se fueron, me sujetaban, me querían llevar, como se dice. Y yo desesperada trataba de quitarme, pateaba en el agua"
"Después me trataba de quitar mi chaqueta, no podía tampoco. Y mis zapatos se llenaron de agua. Me traté de sacar los zapatos y me saqué sólo uno"
"Vi a mis primos, algunos que se iban hundiendo, se iban despidiendo. Fue triste para mí".
Incluso indicó que, por lo que sabe "de los alumnos que estudiamos en Llifén sólo quedamos tres vivos".
Sobre su rescate, Rosa afirmó que en cierto momento perdió el conocimiento. "Yo me estaba dejando caer y después reaccioné cuando estaba al otro lado del lago. Cuando me sacaron me envolvieron con una chaqueta porque estaba súper entumida, porque estuvimos una hora y tanto en el agua", contó.
En cuanto al servicio de transporte, la niña afirmó que habían intentado mejorarlo, sacando a Lara, al que acusó de realizar prácticas temerarias en estado de ebriedad cuando los trasportaba los días viernes y domingo.
"Antes querían sacar al caballero que trabajaba en la lancha porque a veces nos venía a buscar curado y a veces apagaba el motor en medio del lago y muchas veces peligrábamos nuestras vidas, llorábamos, sufríamos. Las personas siempre hicieron empeño de sacarlo, pero nunca hubo una respuesta para poderlo sacar".
Finalmente, Rosa hizo un dramático llamado: "Por favor se pongan la mano en el corazón y que nos ayuden para que se pueda mejorar el camino, tener un colegio propio de la comunidad y esperando ayuda".
Hasta el momento, hay seis personas cuya muerte fue confirmada y que serán enterradas este lunes, mientras que hay 11 desaparecidos producto del accidente de la tarde del domingo. (Cooperativa.cl)