La alegría se apoderó de los partidarios de la ex ministra, quienes ya avalúan el "empujón" que significará en la segunda vuelta el potente triunfo parlamentario que lograron.
La Concertación y su candidata presidencial, Michelle Bachelet, celebraron este domingo 11 de diciembre un "triple triunfo" electoral -tal como lo anunciara días antes la propia doctora socialista.
En la presidencial, en senadores y en diputados, los partidos que conforman el conglomerado en el poder obtuvieron más votos que la derecha, y por cierto más que la izquierda extraparlamentaria.
La ex titular de Salud y Defensa logró, escrutado el 98,7 por ciento de las mesas del país, 3.143.077 sufragios, que equivalen a 45,93 puntos.
"Hay que salir a celebrar" fue la consigna que pasadas las 21:00 horas se escuchó insistentemente en el comando concertacionista, ubicado en el céntrico Hotel Plaza San Francisco.
Es que más allá de cualquier cálculo sobre la segunda vuelta, lo cierto -"la matemática" como ironizara el ministro Nicolás Eyzaguirre- es que la militante socialista logró casi 1.400.000 votos más que su más cercano contendor, el empresario Sebastián Piñera, la carta de Renovación Nacional (RN).
Aunque el otro candidato de la derecha, el militante de la Unión Demócrata Independiente (UDI) Joaquín Lavín, llegue al 23,23 por ciento, con 1.589.769 preferencias, sus resultados "no son sumables", recalcaron con dureza en la Concertación.
Y es que ni siquiera se debe revisar el escuálido -para sus propias proyecciones- 5,39 por ciento (369.405 votos) que alcanzó el humanista Tomás Hirsch, el representante del pacto Juntos Podemos Más.
Como "probó" la elección de diputados, que también se realizó en todo el país, la tesis más creíble es que tanto Piñera como Lavín captaron el sufragio de personas que no se pueden incluir entre los seguidores de la derecha, que consiguió el 38,70 por ciento de las preferencias para a Cámara Baja, lejos de la adición que resulta al unir sus votaciones en la presidencial: 48,67 puntos.
Las caras antes del primer cómputo en el comando de Bachelet eran alegres, existía una dosis de esperanza en un triunfo en primera vuelta. No obstante la confirmación de un ballottage con el primer informe del Gobierno, algo mantenía encendido el espíritu de la Concertación, había un secreto sabor a victoria.
La respuesta vino con los primeros resultados parlamentarios, que demostraron que no eran tendencia la supuesta supremacía de la derecha, ni siquiera si en retrospectiva se analizaban resultados de Bachelet frente a los que en 1999 logró el actual Presidente, Ricardo Lagos (47,96 por ciento en primera vuelta).
En la espera, en el análisis previo, se veía con recelo un escenario en que Piñera y Lavín sumados fueran más que Bachelet, porque ello estaría acompañado de un virtual empate en el Congreso.
La tranquilidad de las mayorías en ambas cámaras reforzó la tesis de que efectivamente la candidatura del empresario cautivó votos tradicionalmente concertacionistas, pero también puso de relieve que en segunda vuelta hay sectores transversales que respaldarán a Michelle Bachelet, como recalcó el senador socialista Jaime Gazmuri.
Sobre todo -como aparecía en las notas de varias de las cabezas del comando de la doctora- porque el "Lavín y Piñera unidos" no mostró una diferencia con la votación en 1999 del ex alcalde de Las Condes: "La derecha no creció" se escuchó en los alrededores de la iglesia de San Francisco.
"Ni todo el dinero del candidato de la derecha conseguirá torcer la voluntad de la mayoría la noche del 15 de enero", arengó a sus partidarios Michelle Bachelet, desde la terraza del hotel que acogió a su comando.
Luego que Bachelet bajó de la tarima, donde estuvo acompañada por su madre y sus tres hijos -algo inusual en la campaña-, comenzó a sonar en vivo "El galeón español", a cargo de la Sonora Palacios Jr; pero diputados, senadores, dirigentes políticos e incluso ministros ya estaban abordando otro buque, al que la candidata puso fecha de zarpe: este mismo lunes 12 de diciembre.
El trabajo en terreno, con despliegue total de las figuras electas, es la consigna que la doctora estableció como mandatoria para el mes que se viene, que es "una nueva campaña".
Guido Girardi, Patricio Hales, Carolina Tohá, Alvaro Escobar y otros candidatos triunfadores se dieron tiempo en los pasillos del hotel para no sólo recibir felicitaciones y acceder a los requerimientos de la prensa; muchos ya estaban poniendo fecha de término a los festejos de sus respectivos comandos, porque saben que ahora depende de ellos confirmar que la mayoría parlamentaria de la Concertación es la llave para que Michelle Bachelet pueda realizar los cambios que saben el país necesita.
Los balances suelen ser positivos incluso para quienes pierden. Los balances tratan de destacar lo positivo y matizar lo negativo.
Cerca de las 19:00 horas del pasado domingo, en el comando de Michelle Bachelet las nubes comenzaron a aparecer en el horizonte. Un primer cómputo con una derecha por sobre la mitad más uno de los votos motivó obvias reuniones en el segundo piso del Plaza San Francisco.
Se optó por el análisis individual, aquel en que una mujer lograba amplia ventaja en una competitiva elección "a cuatro bandas" y la apuesta fue exitosa, lo que respaldó la siempre crítica directiva de la Democracia Cristiana (DC).
Es que no importa el respaldo que pueda tener el Presidente, competir con tres fuerzas políticas, en igualdad de condiciones, transformó el casi 46 por ciento de Bachelet en una mayoría significativa, a la cual perfectamente se le pueden sumar varios puntos porcentuales durante un mes de propaganda.
