Sede diplomática de Buenos Aires en Líbano se libró de los destrozos gracias a que un jeque religioso convenció a los manifestantes que el país trasandino nada tiene que ver con los dibujos de Mahoma.
Un jeque religioso salvó el domingo 5 de febrero a la embajada de Argentina en Líbano, ubicada en el barrio de Achrafieh, de ser atacada por manifestantes que protestaban contra las caricaturas del profeta Mahoma que publicaron medios europeos.
"Un grupo de manifestantes quiso atacar la embajada, pero un jeque (musulmán) los convenció de que Argentina nada tenía que ver con las caricaturas", agregaron las fuentes, que dijeron que los manifestantes se habían limitado a tirar piedras, sin causar daños en la sede diplomática, de la que se había retirado el emblema nacional como medida preventiva.
Los perturbadores atacaron la entrada del edificio donde vive el cónsul honorario de Eslovaquia, situado en la misma calle de la embajada argentina, así como el edificio donde está la embajada de los Países Bajos.
La embajada de Austria, ubicada en el mismo barrio, se salvó de la destrucción pese a que el edificio donde está situada sufrió importantes daños durante la manifestación, que se transformó en vandalismo cuando fueron atacados lugares de culto cristianos, negocios, bancos, residencias y vehículos.
Una persona murió y otras 50 resultaron heridas, entre ellas más de 30 militares, mientras que más de 200 personas fueron detenidas, la mayoría extranjeras, tras los incidentes del domingo 5 de febrero, condenados de modo unánime por los líderes religiosos y políticos libaneses. (EFE)
