Usuarios de celular llegarán a 4.600 millones a fin de año
Del total, unos 600 millones cuentan con banda ancha móvil.
Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el acceso a internet es muy desigual.
Del total, unos 600 millones cuentan con banda ancha móvil.
Según la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el acceso a internet es muy desigual.
La telefonía móvil sigue su expansión: a fin de año habrá 4.600 millones de suscripciones en el mundo. Esto supone que 67 de cada cien personas tendrá un teléfono móvil, frente a 17,8, según estadísticas publicadas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
"La crisis económica ha tenido un impacto relativamente pequeño en la utilización de las tecnologías de la comunicación", declaró la experta de la UIT, Susan Telscher, en el World Telecom, la mayor feria de telecomunicaciones del mundo, que se celebra en Ginebra.
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| Dos de cada tres habitantes del globo tienen teléfono móvil. |
El crecimiento del mercado de móviles se debe recientemente a los países en desarrollo, particularmente a la India, con 480 millones de suscriptores, y China, con 750 millones, donde este tipo de telefonía llegó más rápido que cualquier otra tecnología.
Se estima que para finales de 2009, el 56 por ciento de la población de los países en desarrollo dispondrá de un teléfono móvil. Sin embargo, que compartir una línea de móvil es una práctica común en numerosos países en desarrollo.
Otro dato relevante es que del total de aparatos, unos 600 millones contarán con banda ancha, para descargar de datos y navegar en internet, entre otras aplicaciones avanzadas.
El acceso a internet también crece muchísimo y se calcula que la cuarta parte de la población mundial está conectada y utiliza internet en 2009, mientras que los abonos de banda ancha han llegado a 500 millones en todo el mundo.
No obstante, es en el ámbito del acceso a internet en el que es más visible la brecha digital que separa a los países de ingresos altos y bajos. La banda ancha en los países en desarrollo alcanza apenas un 3,5 por ciento, frente a un 23,3 por ciento en el mundo industrializado.