En las afueras de la ciudad de Texcoco, en el centro de México, el experto chino He Xinyao está cambiando su enfoque de los campos experimentales en el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) a los invernaderos ya que la temporada de cultivo de trigo terminó este mes en México.
Dentro de los invernaderos, las macetas de trigo están dispuestas ordenadamente y tienen adheridas etiquetas de diferentes colores.
"Esta planta de trigo a mi lado está infectada con la roya del trigo", dijo a Xinhua, y agregó que en China, sólo los cursos medios y bajos del río Yangtse eran los lugares de alta incidencia de la enfermedad, pero en los últimos años, debido a factores como el cambio climático, la enfermedad también se ha vuelto cada vez más grave en la cuenca del río Amarillo, la principal área productora de trigo del país.
De acuerdo con He, un patólogo y genetista del trigo, la roya del trigo comúnmente se observa en muchos lugares del mundo, y cuando la epidemia es grave, incluso puede conducir a la extinción, y también producir toxinas dañinas para las personas y los animales, amenazando así la seguridad de los cereales y alimentaria del mundo.
Enfocado en la investigación de la resistencia a las enfermedades del trigo, He ha estado trabajando en el CIMMYT desde 2011, y con los vastos recursos de germoplasma en el lugar, él y su equipo trabajan para experimentar y seleccionar variedades con mayor resistencia a las enfermedades para suministrarlas a los agricultores de todo el mundo, incluida China, y luego recolectan datos sobre el comportamiento de estas variedades para mejorarlas aún más.
Más de 28.000 colecciones de semillas únicas de maíz y 150.000 de trigo se conservan a bajas temperaturas en el propio banco de germoplasma del CIMMYT, para mantener la diversidad genética de los principales cultivos de cereales para la humanidad y también para la investigación de cultivos en todo el mundo.
"Tenemos mucho acceso a germoplasma de China", dijo a Xinhua Carolina Sansaloni, curadora del Banco de Germoplasma de Trigo y especialista en genotipificación del CIMMYT, mientras mostraba el recipiente de muestras de incorporaciones de maíz con una bandera nacional china.
Los datos del centro mostraron que China ha proporcionado miles de recursos de germoplasma de trigo al instituto. Además, desde el año 2000, alrededor del 26 por ciento del trigo que se cultiva en China tiene una fuerte asociación con las variedades del citado centro, y 13 nuevas variedades de maíz cultivadas conjuntamente por ambas partes se han plantado en países como Nepal, lo que ha ayudado a incrementar la producción de alimentos y los ingresos locales.
Establecido en 1966, el instituto con sede en Texcoco es una organización internacional sin fines de lucro enfocada en la investigación y capacitación agrícolas aplicadas. Su germoplasma se utiliza ampliamente tanto en países en desarrollo como desarrollados debido a su alto potencial de rendimiento, amplia adaptación y resistencia a enfermedades.
En 1974, China y el CIMMYT establecieron una asociación para la investigación. Desde entonces, más de 20 institutos chinos se han convertido en colaboradores del CIMMYT, y más de 5.000 investigadores y estudiantes de posgrado chinos han recibido capacitación conjunta de las dos partes, lo que aportó experiencia mundial al desarrollo agrícola de China.
El interior del banco de germoplasma del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo. (Foto: Xinhua)
Actualmente hay dos investigadores chinos residentes y varios expertos chinos de intercambio en la sede del centro, aportando al mundo la estrategia china para la seguridad alimentaria.
En 2016, el CIMMYT recibió el Premio de Cooperación Internacional en Ciencia y Tecnología de China. En opinión de Bram Govaerts, director general del CIMMYT, la colaboración con China puede considerarse como uno de los ejemplos mutuamente beneficiosos de trabajo conjunto para salvaguardar la seguridad alimentaria mundial.
"El CIMMYT y China juntos pueden ser socios", dijo Govaerts. "El CIMMYT puede trabajar con China para obtener nuevas variedades de trigo que puedan combatir el cambio climático y nuevas variedades de maíz que puedan resistir nuevas enfermedades", dijo Govaerts.
"Estamos dispuestos a generar efectivamente plataformas de datos, plataformas de innovación, plataformas de intercambio, donde se pueda generar conocimiento científico", dijo.
Ante el desarrollo del cambio climático, de los conflictos geopolíticos, del Covid-19 y de las crisis del costo de la vida, el problema de la seguridad alimentaria está presionando con fuerza en todo el mundo, dijo Govaerts, e indicó que es importante trabajar juntos para producir más y mejores alimentos con el menor impacto en el medio ambiente.
