El recinto, que será uno de los escenarios principales de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007, sufre constantes daños durante los partidos del Campeonato Brasileño de fútbol.
Las autoridades brasileñas amenazaron este miércoles con cerrar el Estadio Maracaná de Río de Janeiro a raíz de la persistente destrucción de sus instalaciones por el público que acude a los partidos del Campeonato Brasileño.
"Pedimos a los aficionados y a las hinchadas organizadas que ayuden a mantener el Maracaná. Si la cosa sigue así, a fines de este año podremos vernos obligados a cerrar nuevamente el estadio", advirtió el presidente de la Superintendencia de Deportes de Río de Janeiro, Sergio Emiliao.
El recinto, que será uno de los escenarios principales de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro 2007, estuvo cerrado durante ocho meses en 2005 para la instalación de nuevas sillas y para la realización de otras obras de modernización con mira a la disputa de dichos juegos.
En ese acontecimiento, está previsto que el Maracaná sea el escenario de las ceremonias de apertura y cierre y también del torneo de fútbol.
En declaraciones que publica el diario Folha de Sao Paulo, Emiliao reveló que gran parte del trabajo fue destruido por vándalos, que causaron perjuicios cercanos a 400.000 dólares.
"Está claro que eso nos preocupa. Estamos rehaciendo más de una vez una serie de reformas que ya habían sido hechas", dijo el dirigente, quien reveló que las nuevas sillas, por ejemplo, son destruidas a un ritmo de 30 a cada partido - y hasta 60, si se trata de un clásico-, y que hasta cables de electricidad fueron robados.
Por ahora, la policía militarizada fue convocada para reforzar la seguridad, y ya detuvo a 50 personas acusadas de destruir instalaciones del estadio. Además, la Suderj puso en operación 26 de las 56 cámaras de vigilancia instaladas en el estadio para los Juegos Panamericanos, con lo cual espera inhibir a los vándalos. (Agencias)
