Ni la ignición ni el relevo de la antorcha olímpica de Pekín 2008 en su ascenso al monte Everest dañarán el medio ambiente de la zona, dijo Zhang Qingli, diputado de la Asamblea Popular Nacional y presidente del Partido Comunista de la Región Autónoma del Tíbet.
"¿Cómo puede el relevo de la antorcha olímpica dañar el medio ambiente?", se preguntó Zhang, quien se respondió: "Por el contrario, es de vital importancia y una oportunidad dorada para el desarrollo del Tíbet".
Zhang salió así al paso de las críticas surgidas desde el momento en que el Comité Organizador de Pekín 2008 (Bocog) anunció no sólo que la antorcha subiría a la montaña más alta del mundo en 2008, sino que este año se llevaría a cabo una prueba para comprobar la viabilidad del proyecto.
Los críticos con el plan aseguran que éste producirá cambios indeseables en El Tíbet por el aumento de turistas en la zona, muchos de ellos montañeros, lo que supondrá un incremento de instalaciones para alojarlos así como al equipo técnico necesario para que el ascenso de la antorcha sea televisado.
Aunque China aumentó este año los precios de las licencias de ascenso al Everest por la cara norte para que los montañeros se lo piensen dos veces antes de iniciarlo, quienes no comparten la idea de subir la antorcha olímpica aseguran que ésta implicará un aumento de la contaminación en la zona.
Zhang respondió a las críticas asegurando que se llevará a cabo una campaña de publicidad para que la gente entienda mejor el significado del Tíbet y de la protección medioambiental de la región.
"Será muy importante para la llama olímpica ascender al pico del mundo", señaló Yuklha, otra diputada tibetana afín al Partido Comunista.
El Bocog aseguró que desvelará el recorrido de la antorcha en los primeros seis meses del año y prometió que el Monte Qomolangma, como llaman los tibetanos al Everest, la cima de los 8.844 metros de altura, será una de las más significativas etapas del fuego olímpico. (EFE)